
Texto por: Hugo Hinojosa
En una nota de la BBC de mayo del 2023 se afirma que, según informes científicos, hay un 66% de probabilidades de que superemos el umbral de 1,5 ºC de calentamiento de aquí al 2027, lo que a mediano y largo traerá importantes consecuencias, agudizando los efectos del llamado cambio climático. Como fenómeno global, Chile no está exento de esta problemática, sin embargo, al parecer los esfuerzos puestos en esto por el Estado chileno no han sido del todo suficientes.
Justamente, la encrucijada que se presenta entre desarrollo y económico y conservación medioambiental, es parte del centro de «Tupungato, empatía con la muerte», documental dirigido por el montañista, activista y cineasta Rafael Pease, quien a través de la productora Connections movement ha desarrollado una serie de cortometrajes y largometrajes documentales cuyo intención es “generar conversación, inspirar acción y crear cambios”, según manifiesta su propia página web, poniendo la naturaleza y su protección como tema principal.
Mezclando eficientemente el tono de denuncia social y política con la epopeya montañista, el filme invita al espectador o espectadora a establecer una reflexión en torno al espacio que lo rodea y se invisibiliza, mientras que al mismo tiempo lo pone en los pies de un esforzado grupo de exploradores (entre ellos el propio Pease), quienes se enfrentan a la naturaleza más hostil como un gesto ideológico que intente trascender el mero triunfo personal.

En este sentido, el documental nos acerca a la compleja expedición realizada por el equipo del documental a la cima del volcán Tupungato, una de las cumbres más altas al sur del Aconcagua. Su difícil ascenso sirve de excusa para visibilizar una problemática más densa. La espectacularidad de las imágenes de la montaña y sus alrededores buscan concientizar sobre la protección de este espacio de alta biodiversidad, buscando convertirlo en un extenso parque nacional que evite su inminente destrucción, producto del desarrollo de la industria minera en la zona central del Maipo.
Recurriendo a entrevistas a especialistas, científicos, activistas medioambientales, entre otros/as, se van exponiendo datos sobre la importancia de esta zona, no solo para el crecimiento del país, sino también su futuro, al considerar que posee una de las reservas de agua más grandes de la zona central del país, y que actualmente no cuenta con ningún tipo de protección por parte del Estado chileno. Desde dicha perspectiva, el documental toma una postura clara al criticar de manera directa a la industria minera y las formas en que depreda sin miramientos dicho entorno.
Es interesante el contraste que se da entre los datos más duros, que nos ponen en contexto del problema a mediano y largo plazo que se prevé, y las imágenes de la travesía emprendida por Pease y su equipo. Es innegable que el esfuerzo sobrehumano que realizan, al enfrentarse a innumerables obstáculos en pleno invierno, junto a las impresionantes visuales de la montaña, logran conmover a quien es observador de esta proeza. Del mismo modo, es curioso como se insertan segmentos animados para explicar algunas situaciones propias del contexto sociopolítico, en las cuales se insinúa la imagen del fallecido expresidente Piñera como parte del problema de depredación de este ecosistema, además de recordar el fracaso de la Cumbre COP25.
Filmado en 2019, en pleno contexto de Estallido social y prepandemia del COVID-19, su conclusión se lee agridulce. Por una parte, el triunfo de la épica humana ante la inmensidad de la naturaleza y, por otro, la esperanza de cambios profundos en nuestra sociedad. Lamentablemente, dichos anhelos que el documental enuncia no tendrán el destino esperado luego del fracaso del proyecto constitucional. No obstante, esto no resta poder al discurso de sus imágenes, en donde la defensa de la naturaleza se entrecruza con los interese mezquinos de ciertos sectores económicos y políticos, haciendo que hoy su discurso sea aún más relevante. Se estrena esta semana a cargo de Market Chile.





















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