Texto por: Flavia Saldías

Fotografías: Daniel Sáez

Hay un fenómeno que la historia de la música nos ha regalado. Una manifestación social y musical comandado por las buenas producciones y un público dispuesto a convertir al artista en ídolo desde el primer acorde. En algunos tiempos, este fenómeno lo hemos conocido como beatlemanía y, en otros, como sodamanía, por nombrar algunos ejemplos. ¿Qué hace que la música pueda encantar tanto como para generar locura en las personas? La respuesta debe ser tan simple como científica: buenas canciones. Ese fanatismo perdura en un público dispuesto a envejecer junto al artista. Como un caso cercano, en el Rock latino encontramos varias bandas y solistas que han conseguido situarse en un lugar seguro del corazón de la gente, así pasen décadas. Y allí, el Rock argentino tiene cancha y lado. Basta con que se anuncie una fecha para llenar recintos grandes, como lo hizo anoche Fito Páez en el Movistar Arena.

El artista argentino vino a celebrar los 30 años de su disco «El amor después del amor» (1992), regalando un cuidado show de principio a fin. Es que después de tres décadas, no solo se aprende y se llega a conocer muy bien algo y alguien, también se disfruta y se ejecuta con la maestría y la nobleza adquirida escenario tras escenario. Así se construyen las leyendas. Y cuando vemos a un Fito Páez celebrando el 30° aniversario de un disco, encontramos a un artista que sabe qué hacer en cada momento, que tiene las palabras precisas para un público que re-conoce y que ejecuta un show perfecto desde la primera nota musical que se expande en el recinto.

Dedos sobre el piano, cambios de vestuario, baladas y Rock and Roll, Fito Páez brindó un espectáculo como solo los artistas consagrados saben, como solo los artistas llenos de buenos singles pueden hacerlo. Y al caer la noche y ver cómo el público se convierte en pequeñas lucecitas blancas gracias a la linterna del teléfono celular, se puede desprender que el amor después del amor tal vez se parezca a la postal de un show lleno de almas encendidas cantando al unísono en una noche cualquiera en Santiago de Chile. La fitomanía existe.

Setlist:

01. El amor después del amor

02. Dos días en la vida

03. Verónica

04. Tráfico por Katmandú

05. Pétalo de sal

06. Sasha, Sissi y el círculo de baba

07. Un vestido y un amor

08. Tumbas de la gloria

09. La rueda mágica

10. Creo

11. Detrás del muro de los lamentos

12. La balada de Donna Helena

13. Brillante sobre el mic

14. A rodar mi vida

15. El diablo de tu corazón

16. Al lado del camino

17. 11 y 6

18. Circo beat

19. Ciudad de pobres corazones

20. Dar es dar

21. Mariposa Tecknicolor


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