
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
Ya es notorio que en Netflix encontró un punto de atención al producir obras audiovisuales (series, documentales y películas) en donde están presenten las desgraciadas acciones de diversos criminales, en tonos más sádicos como en aspectos sicológicos. En esta ocasión, llega esta cinta del director danés Tobias Lindholm -quien ya ha tenido acercamiento en esta temáticas y en la plataforma al dirigir dos capítulos de «Mindhunter» (2017)– con una historia que solo su descripción deja la sangre fría y tuvo su estreno en el Festival de Toronto antes de su liberación en streaming.
Queda registrado el nombre de Charles Cullen, enfermero catalogado como uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia, registrado en temas de esta índole al estar involucrado en decenas de muertes en distintos hospitales estadounidenses y que se estime que serían más de 300 vidas arrebatadas por sus acciones secretas. Escalofriantes datos que están escritos en en el libro de Charles Graeber donde se basa el guion. Su adaptación está protagonizada por dos ganadores del Premios Oscar en rol protagónico: Eddie Redmayne que obtuvo la estatuilla gracias a «La Teoría del Todo» (2014) y Jessica Chastain que es la flamante vencedora por su papel en «Los Ojos de Tammy Faye» (2021), ahora concentrados en este complejo trabajo que es categoría Thriller Sicológico.
Su argumento se centra en la enfermera Amy Loughren (Chastain), muy preocupada de su trabajo que presenta una afección cardíaca que afecta sus ánimos y labores, y que es compañera de Charles Cullen (Redmayne) de perfil relajado y amable para ayudar en sus turnos de noche dentro de la UCI mientras pueda preocuparse de su salud y del cuidado de sus hijas. Pasando el tiempo, se establece una investigación sobre algunas muertes que no fueron naturales, sospechando a Cullen de homicidios, haciendo que Amy trabaje con agentes para encontrar la verdad y la razón de sus actos. Nnamdi Asomugha, Noah Emmerich, Kim Dickens y Malik Yoba completan el reparto.

Su ambiente es gris y vinculado con la trama, cargada de sus aspectos reflexivos sobre la cercanía y el impacto que hay al no saber con quién te estás encontrando, en vez de llevar lo visceral de los crímenes y dejar afuera cualquier gota sensacionalista. Incluso interesa su preocupación hacia algunos sistemas en Estados Unidos desde la exigencia laboral o el cargo que deben tener madres, en este caso con Amy que está en la espada y la pared. Todo es llevado con lo que sostiene las interpretaciones que sus miradas traspasan esa inquietud de los desenlaces y dejar todo a través de constantes diálogos, expresados profesionalmente en lo tenso y en lo desesperante. Esto mismo a la vez es el tropiezo de su desarrollo, con algunos puntos donde se sienten lentos cuando la atención ya está dada, sin saber qué se quiere contar y no genera la muestra oscura precisamente en su último acto, donde se saltan tiempos que hubieran dado una profundidad a este caso, de los más siniestros que uno no puede creer que fueron reales.
«El Ángel de la Muerte» (o «The Good Nurse» como título original) es una apuesta alternativa de Netflix que logra atrapar al espectador, y el resto pronuncia sus variaciones, sin caer en acontecimientos innecesarios pero dejando pasar otros que le darían mayor recursos al relato, fortalecido con ese ámbito reflexivo y la entrega interpretativa ligadas a un ser que dio parte de su vida en descubrir que estuvo al lado de un monstruo.





















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