Texto por: Adolfo Serey
Fotografías: Hugo Hinojosa

La luz fue absorbida por uno la música de uno de los mayores exponentes de Doom / Funeral Death de Chile, Poema Arcanvs en su cósmico agujero de soledad llamado «Stardust Solitude» fue extraordinariamente iluminado por las brillantes estrellas formadas por el polvo de los recuerdos y los clásicos de la banda, conquistando con su fulgor hasta los corazones más huraños y esquivos, transformándose en la obertura perfecta para los neerlandés atmosféricos.

The Gathering presentó un show envuelto en un dramatismo tan profundo como intenso, así como presenciamos uno de los retornos musicales más apasionantes del Rock y el Metal Atmosférico en el Teatro Caupolicán.


La noche se desbordó con una serie de matices musicales muy variados que apuntan al hit musical. La canción con la que se abrió el show fue «Stronger», sutilmente poderosa perteneciente a su más reciente EP «Interference», seguida de «In Colour» de su más reciente y exitoso álbum «Beautiful Distortion» – ambos de este año-, una mezcla de Art Rock y diferentes géneros como Space Rock o Progresivo directamente. Y no se perdió oportunidad para sacar de las entrañas melódicas del pasado con «Leaves» y «Strange Machines» piezas fundamentales de «Mandylion» (1995), uno de sus álbumes insignes de la banda. El público emocionado por la nostalgia fue sorprendido de improvisto por una pieza clave del último álbum, se trata de la exitosa «We Rise» la que encendió el fuego de un nuevo clamor por las nuevas composiciones de la banda, y el público lo hizo sentir.

Luego se manifestó «Probably Built in the Fifties» una mezcla muy experimental entre New Age y el Industrial, todos los alimentos cuidadosamente amalgamados en una verdadera “cinta transportadora musical”. Tan pronto como la calma cobró protagonismo, Silje Wergeland dijo unas palabras al público: “Los amo chilean, ustedes son mi familia”. Como un enjambre musical nos sacudieron con «Pulse of Life» y «Weightless» otros dos temazos de su última placa Albi-dorada.

Los clásicos que reencontraron al público con «Heroes for Ghosts» y «Saturnine» que retratan perfectamente las dos primeras eras de la banda para concluir con la épica pista de más de 10 minutos llamada «Sand & Mercury». Pero nos causó profunda sorpresa que la extendida canción presentó arreglos intrincados y muy diferentes a cualquier versión antigua, es más, es como si se tratara de una reversión del clásico tema traído dulcemente hasta la actualidad sin despreciar la pesadumbre, nostalgia y poderos riff de Death Metal. Luego de una respetable receso, la banda volvió para el encore con: «Great Ocean Road», «On Most Surfaces (Inuït)» y «I Can See Four Miles» que postraron y desbordaron al multitudinario público que se encontró en un verdadero epicentro del Metal.





















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