Por: Adolfo Serey

Este viernes asistimos a unos de los espectáculos multitudinarios más esperados por las nuevas generaciones amantes del Pop Latino, las baladas y -¿por qué no?- del Reggaetón en la voz del inconfundible Sebastián Yatra, dando inicio a una de las dos fechas agendadas en nuestro país (29 y 30 de julio), celebrando su gira «Dharma Tour» en el Movistar Arena.

No hubo tiempo para esperas, la ovación del público se exhaló a eso de las nueve, cuando la cabo de 3 canciones de relleno sonaron como cortina del show, pero no fueron suficientes. Entre los silbidos y gritos como «¡Yatra te amamos!» y «¡Yatra!» Pedían la inmediata celebración del candombe nocturno. Las luces se apagaron vertiginosas a eso de las 21:30 hrs, ya no se podía contener más a la fanaticada. De pronto un “ojo lo iluminó todo” y de su centro, emergió el solista colombiano, con una bata de boxeador y centenares de gritos de amor que le abrazaban.


En el momento en que se despojó de su bata y capucha, dio paso al desatado ánimo del público (en su mayoría femenino). Con su voz ligera y su sonrisa fresca, todas comenzaron a cantar su canción «Melancólicos Anónimos», seguida de «Modo Avión», pero no fue hasta «Tacones Rojos» cuando se desató la completa rendición de las asistentes a su ícono musical, el recinto explotó como una verdadera fiesta y el compás se tomó los pies de los asistentes en un nocturno y colorido baile.


Nota a nota se escribió con una sonrisa y luces doradas sobre el pentagrama anochecido en la gran cúpula. La noche se quiso volver día y cada vez se hicieron más notorias las ganas de sacudirnos de buen ánimo, aquella energía tropical y templada que goza en la voz de Sebastián, al ritmo de la música.

Su espectáculo sucedió entre una escalera, los extremos de escenario que no quedaron ausentes de él y un espectáculo representado -fundamentalmente- por el joven grupo de bailarines que lo apoyó segundo a segundo, versátiles entre tonos escarlatas y transparencias negras. Fue aquí donde notamos de inmediato que el espectáculo sería de lo más entretenido y voluble.

Yatra dominó cada instante, cada movimiento sigiloso, cada palabra elocuente, su público coreó todo cuanto pudo, todo cuento amó. La mezcla perfecta de estilos tumbó cualquier rastro de tristeza y levantó un altar de emociones frutales, porque los espectáculos que hace el colombiano no se tratan únicamente de un show “de luces y canciones”, se trata de hidratación del ánimo por medio de combinaciones rítmicas salientes de la misma alma. Sin demora se dejó caer el tema «Por Perro» y «Traicionera», para más tarde dar paso a un cover del cantante chileno Américo, «Te Vas».

Después de todo, Yatra ha sabido mantener su carrera en ascenso y manejar su performance sobre el escenario todo este tiempo. Y recuerden que esto es tan sólo un recuento de lo que sé vivió, pero lo más razonable, es la importancia de «sus propias experiencias atesoradas en recuerdos«.





















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