
Texto por Pablo Castillo
Fotografías por Joselyn Heyden
Las afueras de Parque O’higgins vivían un dia normal en el presente, con el tránsito de siempre, el metro de siempre y las personas de siempre, pero dentro se vivió la primera jornada de Ruidosa Fest, donde los relojes se devolvieron a los 90’s para que toda una generación se reencontrará con su música. En un día caluroso, las protagonistas del festival reafirmaron que las mujeres no son un porcentaje, sino que son el alma viva de esta industria, llenas de energía y entregando una excelente bienvenida.
Las puertas de Ruidosa se abrían y todos los colores y estereotipos desaparecian, calentando los motores con la energía juvenil que siempre abre un festival, Nekki gran exponente del rap en nuestro país, el sutil indie pop de Laia, los románticos boleros de Catalina y las bordonas de oro y el pop de Karla Grunewaldt. Ya avanzadas las horas y entrando en todo el calor de la tarde llega la juventud eterna de Supernova, y digo eterna porque el ahora dúo seguirá años tocando los éxitos noventeros y automáticamente nos llevaran a esa época dorada de la música en Chile, con una presentación imparable rindiendo homenaje a la energía que evoca la música de la banda, invitando a Floresalegria para interpretar Tu y Yo y dejando los ánimos en la cima para avanzar con el festival.

Y si estabas asustado de correr de un escenario a otro para no perderte ni un segundo de tu artista favorito, Ruidosa no lo permite, porque las dos zonas de conciertos están pegadas el uno al otro, terminando el pop juvenil e inmediatamente yendo al rock noventero con la leyenda Javiera Parra. Acompañada de casi todos los legendarios músicos del grupo Javiera y los imposibles, se recibió con honores en el festival como el número alternativo del dia de hoy, con unas visuales de cine clásico mientras repasaban su carrera con un inusual sonido electroacústico, así coronando una presentación distinta pero sin perder la identidad tan característica de la Javi.

De un color celeste resplandeciente y con su guitarra acústica llegaba la indiscutible diva del pop rock Nicole. Estrella en cualquier lugar del país y que en Ruidosa la esperaban distintas generaciones bajo el sol de media tarde, presentando con su alegría efervescente y su tierno coqueteo un setlist lleno de los clásicos noventeros de su repertorio. Ella con su guitarra lo es todo, como un escudo donde no entra ninguna bala, haciendo de su show de lo mejor de todo el festival con un nivel de interpretación increíble en donde hubo tiempo para los himnos como Dame Luz, los nuevos clásicos como Hoy, y hasta la nueva faceta de la artista invitando a Princesa Alba para cantar esos cortes más bailables de su último disco.

Pero los noventa no son eternos y hay que dar espacio para las nuevas generaciones, por un lado a la estrella mediática del momento Fran Maira con un set de perreo donde demostró con un equipo de baile que sus conciertos son un carrete, y por el otro la máxima exponente de reggaeton en nuestro país, la Princesa Alba. Una presentación que calla cualquier boca con una opinión simplista del género, sin autotune, con instrumentos orgánicos, con una puesta en escena y visuales como narrativa de las canciones, y un setlist que ardió en fuego a todo el Parque O’higgins invitando a la KUINA, a Javiera Parra y a Ms Nina al escenario para interpretar sus éxitos junto a ella.

Entre tanta música, Pamela Leiva bajó las revoluciones con un show de stand up comedy que entre risas abrió paso al folklore de Entremares. Referentes absolutos en las nuevas generaciones de las rancheras y de las cuecas, diversificando el festival con una expresión sincera de música de raíz, haciendo bailar, aplaudir y emocionar a todo el festival. Y otra que también venía a sentir ese orgullo latino fue Paula Rivas, bajo el ritmo de la cumbia con clásicos de Los Ángeles Azules y Natalia Lafourcade, y rindiendo homenaje a la cultura nortina de nuestro país invitando a la ganadora del festival de la canción de viña 2023 Milena Wharton interpretando y bailando la tirana como el clímax de la jornada.

El plato fuerte cerraba con un Ruidosa Fest repleto para despedir esta bienvenida, la reina de la música chilena Miriam Hernandez sobre el escenario. Sin nada innovador de puesta de escena o alguna colaboración sorpresa que nos hiciera gritar de emoción, Miriam demostró que solo con su voz se puede hacer un show de primer nivel. En términos interpretativos, ahora puedo entender porque le dieron el galardón máximo en el Festival de Viña, presentando temas de distintas etapas de su vida alternando entre himnos de un corazón roto y en esperanzadoras canciones que nos hicieron enamorarnos otra vez. Una reina tomó su corona, la modeló y la dejó para que llegue una princesa digna de tomar el mando en esta segunda jornada de mañana.
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