Lucybell celebra 30 años de carrera sólida y contundente con una serie de conciertos para revisar y revisitar sus discos emblemáticos en el Teatro Coliseo.

La primera cita invitó a sumergirse en el océano sónico de «Peces» (1995) y «Magnético» (2017) con un repertorio que combinó e intercaló las canciones de ambos álbumes, creando así un manto de electricidad y de matices suaves y ásperos para «recapiular el pasado y el presente» como anunciaba Claudio Valenzuela. Una forma de conectar la sonoridad propia de los inicios de la banda y las composiciones más recientes, mostrando una coherencia estética que ha perdurado por tres décadas y demuestra que la banda está en un momento brillante, un estado de gracia en vivo compartido con el cuarto Lucybell, su público, el arma secreta del show.

Un desfile de momentos y destellos puramente estridentes coexistiendo con tintes de electrónica e interpretaciones con guitarras acústicas en romance con la voz tan característica de Valenzuela, uno de los sellos de la banda, generando altas interpretaciones flotantes con «Por amor», «Vete» y «Lunas», desplegando un amplio espectro sonoro de entrega incansable y sólida de Cote Foncea, sumada a la capacidad instrumental y la entrega energética de Eduardo Caces para crear un horizonte casi interminable de melodías y efectos combinados de forma exquisita en canciones que ya son eternas e imperdibles.

Un cierre demoledor con de «Sudor y ternura» y «Cuando respiro en tu boca» con un público saltando y soltando todo.  Y como buena celebración de cumpleaños el bis trajo de regalo «Sálvame la vida» y «Mil caminos», todo en la cima con la unión significativa y gratificante de Lucybell y su audiencia fiel y entregada a través de los años.

La fiesta continua este sábado con la ejecución de «Viajar» (1996) y «Amanece» (2000) donde todas sus entradas están agotadas, y el domingo cerrando con «Lucybell» (1998) y «Comiendo fuego» (2006) en un repaso por la historia de una de las bandas insignes  más potentes del rock chileno en uno de sus mil y una sendas hacia lo imperecedero. Sudor, ternura, fe y fuego para salvarnos la vida una vez más


Zumbido.cl

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