Texto por: Ricardo Arredondo y Franco Zurita

Fotografias: Daniel Saez

La jornada de ayer vivimos la segunda edición del Knotfest Chile 2024. Nuevo cartel, nuevo espacio y nueva productora. Por lo que no sabíamos a ciencia cierta con qué nos encontraríamos. Una jornada marcada por el calor, la alta asistencia del público y por la presencia de grandes bastiones del metal mundial, que crearon un line up con música de todos los gustos.

Sin importar el abrumante calor que se dejaba entrever desde muy temprano, fueron cientos los fanáticos que se agolparon a las afueras del Estadio Nacional para ser parte y testigos de esta increíble jornada, que sin mucho preámbulo, dio inicio de manera puntual con uno de los últimos confirmados del festival: Nico Borie. El reconocido músico y youtuber presentó de manera equitativa su trabajo como solista, así como también, algunos de sus exitosos covers para encender los primeros fuegos de la tarde.

Siguiendo con la fiesta y directamente desde Puerto Montt, SVVVNT, los ganadores del concurso de bandas para participar en esta edición del festival, pisaban el escenario B para subir el volumen a sus desafiantes riffs y performance. Con una propuesta interesante que mezcla todos los nuevos elementos del Metal y un virtuosismo ejemplar, los puertomontinos repasaron toda su trayectoria, incluyendo joyas de su reciente trabajo «Toasty» (2024).

Con el sol en la parte más alta del cielo, Mawiza, los metaleros mapuche amigos de Joe Duplantier de Gojira llevaron toda la energía ancestral al Stage A para remecer las cabezas con la cosmovisión, rebeldía y filosos acordes del destacado grupo nacional. Guitarras y puños en alto fueron la tónica de la brutal presentación de Mawiza quienes después de una serie de conciertos y teloneos a los más grandes del metal, cierran el año en uno de los escenarios más importantes del Rock a nivel mundial.

Cerrando el telón de los artistas nacionales, unos históricos del Rock hecho en nuestro país. Toda la intensidad de Rama tomó revancha en el Knotfest Chile para emocionar y hacer cantar a todos sus fanáticos con un setlist acotado pero lleno de joyitas clásicas de la banda. «Vidrios Rotos», «Imposible» y un cierre monumental con «La Señal» fueron algunos de los éxitos que deslizó el cuarteto para cerrar la jornada nacional y dar paso a los invitados internacionales del festival.

Orbit Culture fue la primera banda internacional en salir a escena. Y aunque el sol pegaba muy fuerte, esto no fue impedimento para los cientos de valientes que se motivaron a encender el pit. “Nos dijeron que Chile era el mejor público del mundo…”, fue lo que Niklas -voz principal- expresaba en medio de su interpretación, dando el espacio y oportunidad para que los fanáticos del metal lo demostraran in-situ levantando una tormentosa nube de polvo en consecuencia del mosh y la evidente revuelta.

Seguido de los suecos, el eclecticismo de Poppy se hizo presente en el escenario B, que con mucho uso del recurso de bases pre-grabadas y un sonido que tiende a lo más moderno, lograra conquistar a un público que mayoritariamente parecía no conocerla mucho. De todas formas, un puñado de fanáticos se podía ver cantando las canciones de una frontwoman que -dentro de su personaje- se mantiene poco expresiva, ingenua y con una actitud algo dulce, pero que no duda en desplegar gritos estridentes cuando la música lo necesita.

Luego fue el turno del adorable trío japonés. BABYMETAL llegó a demostrar con creces su lugar en la escena y que perfectamente podrían haber estado mucho más arriba en el cartel. Dio la sensación que gran cantidad de público llegó a verlas exclusivamente a ellas, quienes encendieron la pista de colores y coreografías trascendiendo género y edades. Detrás de ellas, una banda potente que daba el sustento necesario para hacerlas brillar entre disparos de fuego y bailes kawaii.

Suecia se hizo presente una vez más, de la mano de Amon Amarth, quienes demostraron por qué son hoy uno de los números más potentes de la escena del Metal vikingo. Resaltar entre tantas buenas bandas en el país nórdico no es tarea fácil habiendo tanta tradición, pero la puesta en escena, el sonido perfecto y la potente voz de Johan Heg nos demostraron de sobra el por qué. Dos torres vikingas que simulan ser -y lo logran muy bien- estatuas de piedra adornan el escenario donde Amon Amarth habla de guerras épicas del norte europeo. Los más motivados no dudaron en hacer el habitual “Remo”, clásico de las presentaciones de los suecos para ambientar de buena manera el aire nórdico que la tarde de ayer se respiró con la presentación de Amon Amarth. Una verdadera fiesta.

Sin duda, una de las deudas saldadas en esta nueva versión del Knotfest, es el debut de Mudvayne en nuestro país. Una de las bandas estandartes del metal de comienzos del nuevo milenio aterrizó finalmente en tierras nacionales para cumplir el anhelo de cientos de fanáticos que esperaron por más de veinte años por este increíble suceso.Con un Madness Chadness más loco que nunca, el cuarteto y su músico de apoyo, desataron el caos y la locura total la tarde de ayer. «Under My Skin», «World So Cold» y «Happy?» fueron solo algunos de los hitos que demolieron el Parque Estadio Nacional ante la euforia de miles de fanáticos quienes saltaron, cabecearon y desgarraron sus voces junto a los mejores clásicos de Mudvayne.

Para cerrar, una joya de su repertorio y posiblemente, su hit más reconocido. La brutal «Dig» fue la encargada de coronar este esperado debut que, a pesar de las recurrentes fallas en el sonido, no fue impedimento para disfrutar y dejarse llevar por la intensa locura de los estadounidenses.

Luego del caos visceral de Mudvayne, y ya con la noche sobre nosotros, era el turno de otro grande del metal de corrientes más alternativas. Disturbed regresaba a nuestro país para detonar la jornada y mantener la caldera encendida ante la previa de los anfitriones de la noche. Los liderados por David Draiman abrieron la jornada con la desafiante «Hey You», desplegando un poderoso repaso que incluyó entre otros éxitos, el cover de «Land Of Confusion» de Génesis. Para cerrar, Disturbed nos regalaría uno de los momentos de la noche con la gran «Down With The Sickness», sacudiendo de arriba a abajo las cabezas de los presentes, finalizando entre simpáticas intervenciones con su público con la interpretación de «Inside The Fire». Un show potente y sólido que demuestra la vigencia del, últimamente, cuestionado cuarteto.

Ya es de noche y está todo listo para el plato principal. Slipknot arrasó con todo en esta nueva visita por Chile. Corey Taylor parece estar casi intacto de esa energía de sus 20’s cuando lanzaron el disco homónimo y contagia esa energía con un público diverso. Y es que entre la audiencia, era posible ver desde niños hasta adultos disfrutando de igual manera una banda legendaria. Imposible pasar por alto una de las novedades en la alineación, y es que pareciera ser que no había alguien más indicado que Eloy Casagrande para ocupar ese lugar. Lo del brasileño es una locura que será siempre para destacar. Es probable que el único punto bajo haya sido la duración del show, que no alcanzó a llegar a los 90 minutos. Posiblemente muchos nos imaginábamos algo de mayor duración. Pero quizás tendremos que quedarnos con lo que dice la sabiduría popular: “de lo bueno, poco”.

Lo de ayer será una jornada para el recuerdo. La producción, aunque fue mejor que el 2022, no alcanza los niveles esperados para un festival de esta envergadura, ya que los puntos de hidratación, que aunque estuvieron bien y eran muchos a media tarde ya estaban vacíos; ampliar los lugares de sombra que en días como ayer eran muy necesarios ante un sol agobiante, buscar alguna forma de evitar las nubes de polvo que se levantaban entre el público cuando saltaban o hacían mosh, o encontrar una forma de acortar las filas de compra de comida y bebidas.

No es una tarea fácil y hacer algo así requiere muchos engranajes que funcionen a la perfección. Fue mejor que la primera versión, pero aún hay mucho trabajo por hacer. De todas maneras, el jugársela por el Metal y por grandes festivales es algo de lo que estaremos siempre agradecidos. Seguir abriendo espacios en un ambiente agradable, seguro y familiar alrededor del Rock pesado es algo que siempre será necesario. El público respondió y llegó en masa al Parque Estadio Nacional y demostró que Chile es un país que vive y respira Metal. Esperamos pronto tener noticias de una tercera edición y que festivales como estos se sigan haciendo en nuestra tierra.

Puedes revisar nuestra galería fotográfica de este evento aquí


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