Texto por Franco Zurita

La tarde del domingo 17 de agosto, El Último Ardid regresaba a los escenarios capitalinos tras un breve paso por algunas ciudades del sur del país, en medio de su primera gira por el territorio. Un encuentro en dónde el ruido, la rabia y las risas compartidas fueron el combustible de un fuego abrasador que apaciguó el frío imperante de la jornada.

Acompañados de Mercurio Coral, 1000 Ánimas, Ipsue y Escondite fueron la comunión perfecta encargada de ambientar los distintos momentos del encuentro con repasos y sonidos que se movieron entre la distorsión, distintas atmósferas y la introspección.

En medio de la niebla dispersa en el cuadrilátero, de la melancolía característica y de las sombras que tomaban merced de las primeras melodías, El Último Ardid encendió las antorchas para armar los cimientos y transformar el escenario en un verdadero refugio.

Con un recorrido de contrastes, la banda dio forma a un set preciso entre la expectación y el desahogo colectivo con los primeros acordes de “Días de Estepa”, seguido del respiro y la aparente calma de “Monteverde”. “Tácticas y Estrategia”, “Diatriba” y otras gemas esperadas e inesperadas terminaron de dar forma a este nuevo reencuentro, cerrando este  relato en tono caligráfico a través del ruido, el espacio, la memoria y la rabia.

Una jornada de gritos que nacen de las grietas del alma. 


Zumbido.cl

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