
Texto por Ricardo Arredondo
La banda argentina, habitual visitante de Chile, subirá por primera vez a las tablas del emblemático Teatro Caupolicán el próximo 9 de agosto. Con cinco discos a su haber, presentan una propuesta que recorre por ritmos como el funk, synth-pop, indie y electrónica con una versatilidad cautivadora. Para que vayas entrando en clima, te presentamos 5 canciones representativas que muestran las variadas facetas de su sonido:
- Vámonos de Viaje – Bach (2018)
Probablemente la puerta de entrada para muchos, que se animaron a escuchar el primer larga duración de los argentinos. Un single explosivo que funciona como una carta de presentación perfecta: reúne ritmos funk, guitarras disco y cuerdas vibrantes que evocan una pista de baile setentera. El groove es contagioso, el bajo resalta con fuerza y los coros se adhieren en la memoria de inmediato. La producción, pulida pero sin perder frescura, destaca la elegancia del sonido en vivo y su capacidad para convertir cualquier escenario en una fiesta inolvidable.
- Departamento (ft. Adán Jodorowsky) – Single (2019)
Con una base funk-electrónica, la canción incorpora capas de sintetizadores, guitarras juguetonas y percusiones que invitan al movimiento. La letra remite a la intimidad compartida en espacios pequeños, y crea una contraposición entre la sonoridad de las voces de Goyo y Adán. La producción es sofisticada, con cambios de textura que mantienen el interés y dinamismo durante toda la canción. Es una prueba de su capacidad para interactuar creativamente con otros artistas sin perder su sello propio.
- Sin señal – Paranoia Pop (2020)
Con una base electrónica suave y un tempo relajado, esta canción evoca la sensación de desconexión emocional en medio de la vida moderna. Los sintetizadores sutiles crean una atmósfera nocturna, que podría servir tanto para un momento más sensual, o para tomarse un minuto y reflexionar. La voz, más íntima y cercana que nunca, transmite vulnerabilidad y nostalgia. La canción funciona como un destello introspectivo en medio de la energía pop, revelando su faceta más melancólica y sincera.
- Me estoy enamorando – El Big Blue (2022)
Ni tan bailable, ni tan balada. Se encuentra en el punto medio. Una canción que se desarrolla con delicadeza y refinamiento. Guitarras sutiles que saben el momento exacto en donde intervenir y una percusión minimalista que acompaña la voz cargada de ternura y emoción. Una confesión íntima, con lírica poética y cercana. Una muestra del lado más sensible que es acompañada con un tierno video de animación hecho -probablemente- por un director en ácidos.
- El ritmo – Vándalos (2025)
Una vuelta hacia el sonido bailable y moderno, con un toque psicodélico. Rítmicamente potente, con sintetizadores nítidos y beats pulidos. Pero que no se queda en la evolución electrónica solamente, sino que mantiene las letras y melodías pop pegajosas y crea un combo explosivo. Una muestra de la evolución de su sonido, y de lo que están haciendo en su último disco.
Estas son sólo algunas de las canciones que forman parte de las credenciales que tiene Bandalos Chinos en su corta, pero meteórica carrera. Su próximo concierto en Chile promete ser una noche que transitará desde la pista de baile hasta los rincones más emotivos del alma, en este paso a las grandes ligas, subiéndose por primera vez al Teatro Caupolicán, uno de los escenarios más importantes de nuestro país.

Bandalos Chinos
Teatro Caupolicán
9 de Agosto
Entradas a través de Puntoticket
Produce Fauna





















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