Texto por: Hugo Hinojosa
El éxito masivo del Reggaeton en nuestro país ya no es una novedad. A los grandes espectáculos de estrellas como Daddy Yankee, Bad Bunny o lo que fue el reciente festival El choli se muda a Santiago, con clásicos como Don Omar o Tego Calderón, se suma la llegada de otras leyendas como Arcángel, transformando a Santiago, en palabras de uno de los teloneros de la jornada, en “la capital del Reggaeton del mundo”.
Ya desde temprano la fiesta se encendió en el Movistar arena. Cerca de las 19 horas una serie de hits fueron apareciendo gracias al DJ set que fue acompañando al público que poco a poco iba ingresando el recinto.
A las 19:45 sale a escena uno de los primeros artistas, el chileno Balbi el chamako. Acompañado de un cuerpo de baile en su primera canción, encendió rápidamente a la audiencia. Uno a uno fueron subiendo al escenario sus invitados, manteniendo gran interacción con el público. Uno de los grandes momentos fue la interpretación de «Dele cotele», que logró incentivar al baile a los y las asistentes, quienes todavía estaban guardando energía para más tarde. También hubo momento para homenajear a The clown, un fallecido artista urbano, conocido en la escena como «el payaso de oro«.
Luego de un breve receso a las 8:30, abre su espectáculo el artista venezolano Lion la voz. Al igual que el show anterior, vendrá acompañado de un potente cuerpo de baile, y fue un buen aperitivo para lo que vendría ser el plato de fondo. Asimismo, hubo espacio para los invitados, como el joven Jairo Vera, quién pudo hacer su propio set, aunque tuvo algunos problemas con los niveles de los micrófonos. En medio de su espectáculo recibió su doble disco de oro, ratificando el éxito que está teniendo con canciones como «pa k te enamore», coreado por el público, y que le da el nombre a su álbum.
Sin embargo, la verdadera fiesta estaría por comenzar. Ya son las 9:30 de la noche, y con un Movistar Arena que en la hora previa fue copando su capacidad rápidamente hasta repletarse, inicia su show “La maravilla”, (quien viene celebrando sus 18 años de trayectoria) y la energía ascendió hasta las nubes, dando cuenta de su cómplice relación con el público chileno, quien logró cumplir la meta del sold out y que pocos/as artistas están capacitados para generar. Ataviado con pantalones y cintillo rojos, y sin polera para lucir a plenitud sus tatuajes, Arcángel fue acompañado en parte de la presentación por sus bailarinas vestidas en el mismo tono, quienes siguieron cada compás de su reggaetón furioso arriba del escenario. A pesar de que su puesta en escena fue sencilla, con un dj y un vocalista apoyando las intervenciones, además de algunas pantallas, todo el espectáculo se centraba en el ritmo y las rimas que iba lanzando por su micrófono, mientras iba bebiendo champagne de su copa. De ese modo, fueron apareciendo temas como la movida «Pa’ Que La Pases bien», la más reposada pero agresiva «Flow Violento», la poderosa «JS4E» o la trapera «Tú no vive así», que literalmente encendió las llamas del show, y marcó una de tantas importantes colaboraciones con Bad Bunny.
Puntos altos del espectáculo fueron la más baladesca «Por Amarte A ciegas», que fue coreada a todo pulmón por los y las asistentes, y que convirtió al teatro en un verdadero mar de luces generadas por los celulares, o «Aparentemente», canción interpretada originalmente junto a Yaga & Mackie y De La Ghetto, que se convirtióuno de sus primeros hits en Chile, allá en un lejano 2008. Esta, luego de hacer cantar a capella al público, hizo que con su beat contagioso hiciera perrear a cualquiera que estuviera presente. Así el espectáculo que montó en el Movistar fue de alto octanaje, lanzando una batería de éxitos como «La ocasión», «Te veo», «Fanática» o «Bonita» entre otros, mostrando la vigencia de un artista que ha colaborado con todos los grandes del género, y que puede moverse sin problemas entre los diferentes estilos. Tal como dijo en una de sus intervenciones en medio del espectáculo, “lo atemporal se queda y marca, edades, marca raza, marca clase social, rompe todas esas barreras”, y así fue como logró la máxima comunión con un público que estuvo dispuesto a entregarse por completo.
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