Texto por Ricardo Arredondo

Fotografías por Tomokazu Tazawa (vanishock)

Una visita única en su especie. La noche del lunes 18 de agosto marcó el debut en Chile de Ado, la enigmática cantante japonesa que llegó en el marco de su Hibana World Tour para mostrar lo mejor de su música.

Desde antes del inicio se podían ver largas filas de fanáticos en las afueras del Movistar, y ya una vez dentro -desde que antes comenzara- se notaba una euforia en el público, quienes con su lightstick vitoreaban cánticos como si de una barra brava se tratase. 

El inicio del show a las 20:35, fue digno de un show de música electrónica. Visuales hipnotizantes y electrizantes juegos de luces láser para dar el paso a la banda y a la protagonista que se encuentra dentro de una jaula en penumbras, que solo permite ver su silueta. Enormes llamaradas marcan el inicio con “Usseewa”.

Luego de un momento algo más calmo, Ado dice “Welcome everybody” y el público explota en ruido ensordecedor. Los lightsticks que en un inicio eran azules, ahora en mayoría son de color naranja, y marcan el ritmo a ratos incluso bailable de Show y su pegajoso “Na-na-na-na Shot it out”

La iluminación es un show aparte -¡Denle un aumento a esa persona!- ya que con su magia logra crear atmósferas que te llevan de la calma al éxtasis en segundos. Que ganas de que puedan ver a qué me refiero, pero la política de no celulares no permitió tomar fotografías ni grabar videos durante el concierto, lo que a modo de experiencia igual es algo que se agradece ya que permite tener todos los focos en lo que se está viviendo.

El show se desarrolla con un gran desplante vocal de Ado con una música que es tan ecléctica como dramática y que es apoyada por una sólida banda de 4 integrantes que en momentos pareciera que se multiplican y suenan como una multitud. 

El público no se toma descanso, y con sus muñecas de acero siguen agitando sus varas luminosas que hacen vibrar el lugar y hacen parecer que toda la masa de personas son un solo gran ente autónomo que se mueve al ritmo de la música.

El único chascarro del espectáculo, fue dado durante un largo discurso de la artista antes de finalizar el show, en el que se dirigió a esta ciudad como “San Diego”. Podría haber pasado desapercibido, pero lo repitió en tantas ocasiones que el público luego empezó a corear “Santiago! Santiago!”, en un momento divertido que el público se tomó con humor en ese discurso que mezcló frases en español, inglés y japonés.

Luego de abandonar el escenario por unos minutos -tiempo en el cual el público a modo de broma incluso vitoreó “San Diego! ¡San Diego!-, Ado y sus músicos volvieron a escena para interpretar “Rockstar”, “Chandelier” (de Sia) y “Shin Jidai” y así ponerle fin a un show potente, visceral e hipnótico. 

No hay dudas que un espectáculo de este tipo no es algo que se pueda presenciar de forma habitual, y que quienes estuvieron ahí, se llevan un recuerdo imborrable de una noche que marcó sus vidas. No hay fotos ni videos. Pero da lo mismo, un show de esa magnitud estará grabado en nuestra memoria para siempre.


Zumbido.cl

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