Crucial y necesario reencuentro celebró la noche del jueves Pascuala Ilabaca junto a la banda Fauna, acompañados de un montaje excepcional con representaciones escénicas que despiertan «La Curiosidad».

La cantante, multinstrumentista y compositora chilena Pascuala Ilabaca y la banda Fauna presentaron, el día de ayer, su espectáculo «La Curiosidad» el primero tras meses de triste e impedida realidad y la no posibilidad celebrar conciertos. Matucana 100 (M100) se cubrió de luces, sonoridad y una rotunda alegría, como si se tratara de una cena a la luz de las velas donde el plato principal fue la poderosa y dulce voz que rompió con el silencio, una dulce pausa, dejando atrás todo el contexto actual que estamos viviendo y que paulatinamente va en retirada. La porteña desplegó una lista de canciones cuidadosamente escogidas -al igual que emocionantes- que nos logró cautivar a todos. Por su parte, la banda Fauna echó a correr hermosos colores musicales apasionados, románticos hasta críticos de los momentos que «ya no dan para más». En conjunto a todo esto destacó en demasía la gran intervención artística que decoraba las canciones con colores florales personificados en un despliegue coreográfico desarrollado por bailarinas y arreglos carnavalescos presentes a través de las artes escénicas trascendiendo la puesta en escena habitual de tan sólo una banda, sino que presentaron un espectáculo integro músico-visual saltando de la trova a un juglar moderno.

Tras de todo lo que podemos ver y escuchar como representación artística se erige un discurso que nace y crece como reivindicatorio de las tradiciones un tanto extraviadas por el olvido, el espacio artístico que debería ser de dominio y quehacer público y que hoy en día sobrevive bajo el alero de los artistas musicales como Pascuala y Fauna. El arte bajo todo su concepto y expresión no debería convertirse en un mito sino que en un acto cognoscitivo de lo metafórico (la música) y el discurso (lo literal), así como un espacio festivo y cultural.

También se sintió el aprecio del público manifestado en la participación a través de su enérgico canto, que no hacían más que transmitir su cariño y merecido reencuentro con los artistas, íntegramente formados por personas más que por sonidos, bailes y/o luces. Los vi gritar, llorar, reír y hasta bailar al son de la alborotada festividad, se sintió como una mañana de cumpleaños, uno de los buenos. El reencuentro no fue con las luces y el espectáculo en sí mismo, fue un reencuentro entre personas que compartieron la felicidad de escucharse mutuamente en una danza de complicidad que cubrió todos los rincones del recinto. Los tonos negros del lugar, así como los grises ánimos de los asistentes se convirtieron en tornasoles de colores musicales y el reencuentro se trasformó finalmente en una relación de encuentro. Pascuala dijo: «Nos hacía falta volver a la música, después de esta larga pandemia que nos ha afectado a todos».

Sabemos, los que estuvimos ahí, que la audiencia transforma la costumbre de pedir las canciones más ovacionadas en cada concierto hasta transformarla en tradición, pero este tiempo de angustiosa pausa (cuarentena) fue la excusa perfecta para dar paso a otras canciones más recientes que están comprendidas en los últimos lanzamientos realizados por Pascuala y Fauna como los son los EPs y Sencillos cobijados en «Amatoria», «La Curiosidad» y su último sencillo «Ya NO estamos para Mentiras» que fue adelantado el día de ayer y lanzado en todas las plataformas el día de hoy.

Gracias por superar lo virtual y trascender juntos a lo físico, nuestras emociones al unísono , pronto estaremos juntos en otro concierto, Zumbido.cl


Zumbido.cl

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