Texto por Vanessa Pérez

La noche del 10 de octubre, Matucana 100 se convirtió en el epicentro del rock alternativo chileno con el festival Red Stage, un encuentro que reunió a El Último Viaje, Yorka, Galia, Metalengua y, como invitada especial desde Argentina, la banda 1915

Hacía frío, pero el público, fiel y entusiasta, hizo presencia en el lugar con una energía cálida, celebrando el sonido del rock y la música independiente que dan vida a este festival.

Frío afuera, fuego en el escenario

El Red Stage nació como una celebración por los 11 años de trayectoria de Red Poncho, sello y plataforma cultural independiente que ha impulsado el desarrollo de artistas emergentes en Chile. 

Se trata de un punto de encuentro, un espacio que busca consolidar la visibilización de proyectos musicales ligados a las escenas indie, pop y rock alternativo, promoviendo la colaboración entre artistas, equipos técnicos y audiencias.

El público era diverso, jóvenes, familias, curiosos y fieles seguidores que comparten el mismo amor por la música en vivo. Y el cartel que mezclaba talentos emergentes con nombres consolidados de la escena nacional, además del esperado toque internacional.

La noche comenzó con Galia, quien inauguró la celebración con una energía arrolladora. Su propuesta de retro pop bailable, sensual y empoderada, fue el punto de partida perfecto. Con una voz hermosa y un carisma que se ganaba al público a cada segundo, logró que quienes recién llegaban se acercaran para aplaudir y dejarse llevar por su ritmo.

Luego fue el turno de El Último Viaje, una banda que desborda frescura y diversión. Con guitarras efusivas y un público que aplaudía y bailaba, lograron encender el ambiente. Entre canciones como “Prisma”, lanzaron un potente mensaje a favor de los sueños posibles. “Por esos momentos donde uno dice: puta, vivo de lo que me gusta hacer”.

El momento más emotivo de la noche llegó con Yorka, quienes celebraron su regreso a Chile con una interpretación inolvidable de “Viento”, una canción dedicada a su padre, con la que conquistaron Viña del Mar y que no tocaban desde hace siete años. 

Su set recorrió gran parte de su discografía, incluyendo sus “Kumbitas”, esas cumbias chiquititas y alegres que ya son parte de su identidad. Entre ellas, un homenaje luminoso a Violeta Parra con “Gracias a la vida”, que convirtió el lugar en una fiesta. Probablemente, uno de los instantes más emocionantes del festival.

Desde Argentina, 1915 trajo una dosis explosiva de rock alternativo con tintes de funk y electrónica. Su aparición entre luces azules y una intro misteriosa anticipaba lo que venía: una banda que reafirma por qué el rock argentino sigue vigente. 

Los fans coreaban cada tema, y hasta el frío desapareció por un rato. Además, el público tuvo la oportunidad de escuchar por primera vez en vivo canciones de su último lanzamiento “Ceremonia”, logrando un show explosivo.

Para cerrar, Metalengua transformó el escenario en una fiesta. Su mezcla de música urbana, folclore y pop, bautizada como chispop, encendió el final con humor, energía y baile. 

Era el broche de oro perfecto para una noche que celebraba lo diverso, lo independiente y lo colectivo. Pasadas las dos de la mañana, el público seguía bailando, pidiendo más, dejando claro que Chile necesita más propuestas como Metalengua y más escenarios como Red Stage.


Zumbido.cl

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