
Hay cosas que pocas escenas o movimientos tienen, y con esto me refiero a elementos característicos que se hacen presentes en cada encuentro ligado a algún concierto hardcore, en este caso, tiene que ver con la intensidad con la que se vive cada momento, ya sea antes, durante, después e incluso días posteriores al evento, en donde a pesar de las horas, pueden aúngenerarse momentos de análisis, recuerdos, risas, anécdotas y más, las cuales hacen que cada visita de alguna banda insigne, se transforme en toda una vivencia llevada al máximo. Por lo mismo, la visita del icónico Harley Flanagan a la cabeza de Cro-Mags, era una nueva oportunidad de encontrarse con una de las bandas precursoras del hardcore, banda que a pesar de los altos y bajos, ha sabido generar un legado que hasta nuestros días sigue marcado la pauta.
La noche del 9 de octubre quedará marcada como una de las más potentes del año para la escena hardcorelocal, en donde El Teatro Cariola, pudo ser testigo del paso arrollador de Cro-Mags, una de las bandas más importantes y respetadas del hardcore neoyorquino, quienes volvían a Santiago para dar cuenta de una presentación demoledora por medio de un intenso recorrido por su discografía.

Desde temprano, el ambiente en las afueras del teatro presagiaba algo grande. Cientos de fanáticos de distintas generaciones, se reunían para hacer frente a una jornada que prometía ser de total intensidad. Por lo mismo, y ya marcando las 20 horas en el reloj, el inicio de la velada estuvo a cargo de los locales Muerte Akcion, banda a cargo de abrir la velada con su característico sonido rápido y crudo, encendiendo al público con una rápida y pesada descarga de ruido. Posteriormente y mientras el teatro se repletaba, llegó el turno delos también locales Marginal, banda que por medio de una sólida presentación y un sonido mucho más cargado al hardcore, logró reafirmar su peso dentro de la escena local con una intensa presentación, mezclando actitud, precisión y un mensaje directo que conectó de inmediato con el espíritu del evento.

Pero claro, la ansiedad y la espera tenía nombre y en este caso el público ya estaba preparado para lo que vendría después. Apenas Cro-Mags pisó el escenario, el Teatro Cariola explotó. Con Harley Flanagan al mando, el grupo desató una tormenta sonora que hizo vibrar cada rincón del recinto. Desde los primeros acordes de “We Gotta Know”, el mosh se hizo incontrolable, esto a base de himnos y de la propia relación que marcó el encuentro entre el público local y el propio Flanagan. Así, el carismático Harley Flanagan con su habitual energía y mirada desafiante, demostró que sigue siendo el corazón salvaje del hardcore, comandando a su banda con una precisión brutal.

En ello y con un show cercano a la hora, los neoyorquinos repasaron lo mejor de su repertorio clásico, con canciones como “World Peace”, o la enérgica “Hard Times”, fueron parte de un repertorio que logró desatar verdaderas explosiones de euforia entre los asistentes. Entre tema y tema, Flanagan y compañía no dudaron en agradecer la pasión del público local, destacando la energía y compromiso de los presentes, quienes ya en el cierre, lograron despedir entre aplausos ensordecedores, agradecimientos mutuos y una sensación colectiva de haber presenciado algo más que un concierto: en este caso, una celebración de la resistencia, de la identidad y del espíritu que hizo del hardcore una cultura.

El regreso de Cro-Mags a Santiago no fue solo una muestra de nostalgia, sino la confirmación de que su mensaje y su energía siguen vivos, inspirando a nuevas generaciones y manteniendo encendida la llama de un movimiento que sigue firme.
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