
Texto por Catherine Guichard
Fotografías: Daniel Sáez
Pocas veces se vive un concierto que trasciende la música para transformarse en experiencia mística. Eso fue lo que ocurrió la noche del 5 de septiembre en el Teatro Caupolicán, donde el legendario HYDE, voz icónica del rock japonés, desplegó un espectáculo inolvidable como parte de su gira “HYDE [INSIDE] LIVE 2025 WORLD TOUR”.
Más que un concierto, un encuentro con la historia
Hideto Takarai, conocido en todo el mundo como HYDE, es mucho más que el vocalista de L’Arc~en~Ciel desde 1991: es una figura que ha marcado generaciones con su magnetismo, su versatilidad artística y su voz inquebrantable. A su carrera con la emblemática banda japonesa se suma su trabajo con VAMPS y un recorrido en solitario que lo ha consolidado como leyenda. Esta vez, su visita a Chile tuvo un cariz especial: fue la primera vez que presentó en vivo su repertorio solista en nuestro país.

Su paso por Santiago no se limitó al escenario. Durante la semana, HYDE grabó comerciales para la marca que representa, Casillero del Diablo, recorrió lugares icónicos, se aventuró en la nieve de La Parva y se dejó abrazar por la efervescencia de los fans chilenos, quienes lo esperaban con ansias desde hace años. “Vengo a Chile y me doy cuenta de que existen muchísimos fans, y eso me sorprende”, declaró en una entrevista. La expectación no podía ser mayor.
El ascenso de un dios en escena
Cuando el reloj marcaba las 20:15, las luces del Caupolicán se apagaron y un podio iluminado en el centro del teatro reveló a HYDE entonando “Let It Out”. La transformación fue inmediata: aquel hombre tímido de 56 años que recorría la ciudad durante la semana se convirtió en un ser imponente, mitad ángel y mitad demonio, dueño absoluto del escenario. Su voz cortaba el aire con la misma intensidad de siempre, inquebrantable y poderosa.

Con “After Light”, la energía se multiplicó. La banda que lo acompaña, enmascarada con ojos luminosos, se movía con la misma furia y precisión que él, generando una sinergia arrolladora. HYDE, alzando su máscara al aire y dejando ver su rostro, arrancó un grito de la multitud.
Llega “DEVIL SIDE” y los fans, preparados con cintillos de diablos brillantes, encendieron el teatro en un ritual colectivo. HYDE, generoso con su entrega, no dejó mano sin estrechar, no dejó mirada sin devolver. Y entonces llegó la sorpresa: un homenaje cargado de emoción a Chester Bennington, interpretando “Faint” de Linkin Park con una fuerza desgarradora que hizo vibrar cada rincón del recinto.

Una comunión entre artista y público
HYDE habló en español durante toda la velada, intercalando frases como “Viva Chile”, “Te amo” y un insistente “Viva Chile CTM”, que arrancó carcajadas cariñosas por su acento. En medio de la intensidad, la banda que lo acompaña brilló con un despliegue de solos: cada golpe de batería fue recibidos como un espectáculo en sí mismo, demostrando la virtuosidad y la fuerza de músicos que no solo lo respaldan, sino que también engrandecen su propuesta. Luego de esos interludios, que incluso incluyeron destellos de “Raining Blood” de Slayer, HYDE sorprendió al aparecer de pronto en el segundo piso del teatro, pistola de agua en mano, desatando una ola de euforia entre los espectadores.

El teatro explotó con “HONEY”, de L’ArcenCiel, coreada por todos como un himno compartido. Previo al final, todo el teatro clamó por “Blurry Eyes”, una de las canciones más incónicas de L’Arc~en~Ciel y que fue opening del anime DNA², marcando toda una generación. Sin embargo, HYDE, con una sonrisa, dijo que no podía. Otro climax llegó en el encore, con un trío demoledor: “Mugen”, tema del anime Kimetsu no Yaiba, con moshpit incluido, “GLAMOROUS SKY”, vibrante y épica; y finalmente “SEX BLOOD ROCK N’ ROLL”, con HYDE cubierto de sangre escénica, torso medio desnudo y una teatralidad que llevó el show al paroxismo.

Un final suspendido en el aire
Más que un concierto, lo de HYDE fue un acto de comunión: una leyenda que entregó cuerpo, voz y alma a un público que correspondió con la misma intensidad. El Caupolicán fue epicentro de luces, confeti y emociones desbordadas; un lugar donde la música dejó de ser sonido para convertirse en magia.
Antes de despedirse, prometió volver. Y esa promesa, dicha ante un mar de fanáticos en trance, selló una noche que quedará escrita en la memoria colectiva como una de las presentaciones más espectaculares del género en nuestro país. HYDE no solo cantó: nos elevó. Y aún hoy, quienes estuvieron ahí, seguimos suspendidos en esa nube de euforia que él creó.
SETLIST
- LET IT OUT
- AFTER LIGHT
- DEFEAT
- DEVIL SIDE (VAMPS)
- TAKING THEM DOWN
- ON MY OWN
- TOKOSHIE (ENDING KIMETSU NO YAIBA, MY FIRST SORY X HYDE)
- 6OR9
- FAINT (LINKIN PARK)
- MAD QUALIA
- SOCIAL VIRUS
- MIDNIGHT CELEBRATION II
- LAST SONG
- PANDORA
- HONEY (L’ARC~EN~CIEL)
- MUGEN (OPENING KIMETSU NO YAIBA, MY FIRST STORY X HYDE)
- GLAMOROUS SKY (NANA, MIKA NAKASHIMA)
- SEX BLOOD ROCK N’ ROLL (VAMPS)





















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