Texto por Vanessa Pérez

Fotografías por Daniel Sáez

La noche del 18 de mayo, el cantautor Nano Stern llenó de calidez y poesía el escenario del Teatro Nescafé de las Artes, en un concierto íntimo que marcó su esperado reencuentro con el público chileno, en casa.

Recorriendo su extensa discografía, Nano Stern selló este regreso con un espectáculo que fue mucho más que música: una experiencia cargada de emociones, recuerdos, abrazos y múltiples brindis.

Poesía, luz y ¡Salud!

A pesar del frío y la lluvia, a las 20:00 horas en punto, Nano Stern apareció solo con su guitarra, bañado por luces tenues, para interpretar “Nube”, marcando de inmediato el tono emotivo e íntimo que acompañaría toda la noche.

Apenas terminó esa primera canción, levantó su copa de vino y exclamó: “¡Qué felicidad más grande! ¡Qué alegría que me abraza! Quiero brindar por todos ustedes que hoy están aquí, en mi casa”.

Así, con uno de los tantos talentos que lo definen, Nano Stern continuó improvisando en décimas, invitando al público a conmoverse… y también a sonreír.

Tras interpretar canciones como “Un gran regalo” y “El pimiento”, esta última perteneciente a su álbum homenaje a Víctor Jara, el artista alzó su copa una vez más: “Brindo por la poesía que esta noche nos ampara y por el canto del maestro inmortal Víctor Jara”

Así cerraba su emotivo segmento en solitario, abriendo paso a una nueva etapa del concierto, en la que comenzaron a sumarse, uno a uno, músicos e instrumentistas reconocidos, amigos entrañables que venían a encender aún más la noche con su arte y complicidad.

Primero fue Cristian Carvacho en la percusión, con quien evocó aquellos inicios compartidos y la historia que dio vida a “Flor de Cactus”; luego se sumó Ramiro Durán en el bajo, interpretando, y desbordando, “Felicidad” en un abrazo colectivo que envolvía el escenario y se proyectaba como un eco cálido hacia todo el público.

El concierto avanzaba como un relato tejido con cariño, donde cada canción era un capítulo cargado de memorias., con canciones como “Los Espejos”, la cual le escribió a su padre fallecido hace 25 años. Al terminar, lanzó un beso a su madre, que lo acompañaba entre el público. Era un show profundamente familiar, y no solo por la presencia de sus seres queridos, que desde las butacas lo saludaban, sino porque toda la noche se sintió como una sobremesa larga entre personas que se quieren.

Con la participación de Miguel León al clarinete, el escenario ganó fuerza y profundidad, mientras el recorrido por su discografía continuaba con temas como “Cuatro Vientos”, “Azul” y “Casualidad”. Cada canción sumaba capas de talento, sensibilidad y alegría, transformando el concierto en un despliegue vivo y luminoso de emociones.

Y así, entre canciones, décimas, discursos, e historias, Nano Stern fue levantando su copa una y otra vez, brindando con cada amigo que subía al escenario y con cada alma que lo acompañaba desde las butacas.

También hubo un espacio profundo para conmemorar al Pepe Mujica, recientemente fallecido. Con la sala envuelta en luces tenues y una atmósfera casi ceremonial, su voz serena y firme emergió en una grabación, acompañada de una sutil instrumentación ambiental que transformó el teatro en un templo de reflexión colectiva. 

En este homenaje apareció el entrañable Joe Vasconcellos para interpretar “Lágrimas de Oro y Plata”, sumando su voz a ese tributo conmovedor: “Cuando una voz es sincera su mensaje se amplifica yo quiero brindar ahora salud por Pepe Mujica”.

“La Puta Esperanza” llegó como explosión: viva, urgente, llena de energía. En su despedida, Nano Stern agradeció y se acercó al borde del escenario, bajó el micrófono y, con la voz desnuda, cantó aún más cerca, cerrando con la misma calidez y sensibilidad con la que empezó la noche.

Para el encore, invitó al escenario al coro La Ciranda y a su hermana, Claudia Stern. Juntos interpretaron “Florecer”, una canción compuesta por ambos, y de último “Festejo de Color” para cerrar la noche desbordante de emociones y verdades, en casa.

Un reencuentro que confirmó que la canción chilena sigue viva, y que artistas como Nano Stern son faros que nos iluminan en medio del ruido: con sensibilidad, con poesía, y con amor.

Setlist:

  1. Nube
  2. Un gran regalo
  3. El pimiento (Victor Jara)
  4. Flor del Cactus
  5. Felicidad 
  6. Los Espejos
  7. Cuatro vientos
  8. Inventemos un país
  9. Azul 
  10. Casualidad 
  11. Necesito una canción
  12. Agua Clara
  13. Lágrimas de Oro y Plata 
  14. Mil 500 Vueltas
  15. La Puta Esperanza
  16. Aún Creo en la Belleza 
  17. Florecer 
  18. Festejo de Color

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