
Texto por Clau B. Díaz
Pronto tendremos nuevamente a la banda estadounidense en nuestro país y aquí en Zumbido.cl queremos estar preparados para tal velada. Por ello, la idea es repasar las temáticas de sus letras, en particular en su primera época, ya que, gran parte de su cancionero pertenecen al periodo entre 1992 y 1999. Al leer las canciones y buscar información, he resumido la carrera de estos muchachos en tres temas centrales: la depresión y la apatía típica de la generación X; el precio de la fama; y el amor, este último particularmente es un culebrón en formato rock.
Comencemos, entonces…
- Depresión y apatía de la generación X: si bien esta tendencia a encontrar todo un poco oscuro que atraviesa toda la carrera de STP, su punto más alto y el grueso de esta lírica se concentra en el primer disco, “Core” de 1992. El álbum más grunge de su carrera, el cual les costó calificativos como los afuerinos que no pertenecían a Seattle y solo se subían a la popularidad del grunge. Sectarismos aparte, es cierto que es un sonido similar, sin embargo, lo relevante es el sentir de una generación. El primer tema del primer disco que lo comienza todo, “Dead and Bloaded”, expresa lo que toda una generación de jóvenes venía sintiendo, cuyos versos: “I’m smellin’ like the rose/ […]/ ‘cause I’m dead and bloaded” (“Huelo a rosas/ […]/ porque estoy muerto e hinchado”), representa una apatía y un vacío intenso, ya ni siquiera es una depresión, porque no hay un sentir, sino solo entumecimiento. Esta cercanía a una muerte pronta me hizo recordar el chilenismo “pasado a gladiolo”, y una interpretación absurda en el sentido existencial se me apareció. El desprecio por la vida porque es un eterno sufrimiento que termina con una inexorable muerte. En “Naked Sunday”, el humano desea enfrentarse con ese creador insensible culpable del sufrimiento, al puro estilo del bíblico Job cuando encaró a Dios y maldijo el día de su nacimiento.
- El precio de la fama: algo interesante pasa con el arte cuando se vuelve comercial, sobre todo ese arte que intenta denunciar un sistema insensible es que se transforma en lo que juró destruir. En “Big Bang Baby”, por ejemplo, denuncia que la fama le quita la consistencia del arte, parafraseando el tema, este señala: que [ellos] no conocen el significado de la historia de las canciones, sino sólo se tararea sin importar el arte detrás. La moda y la fama se vuelven adormecimiento mental, y esto tiene directa relación con la lógica económica de nuestra contemporaneidad. En el libro “Quién le hace la cena a Adam Smith” de Katrine Marçal se señala que la economía es la lógica a través de lo que hemos de contemplar el arte: en la eterna reproducción y cantidad de ventas. Por ello, que en “Trippin’ On a Hole in Paper Heart” su letra dice “But I’m not dead and I’m nor for a sale” (“Pero no estoy muerto y no estoy a la venta”): una declaración de intenciones que no siempre prospera. Supongo que esto también lleva a un sentimiento depresivo, incluso decepcionante, ya que, la valoración pareciera estar en lo económico y no en el arte. Este sentir, de una fama traicionera es muy común en movimientos contraculturales o de denuncia, aquellos que luchan por ser escuchados y con el tiempo se institucionalizan.
- Ay, el amor: la historia amorosa de Sott Weiland y Janina Castaneda es una telenovela (en el muy buen sentido). Ella fue la primera esposa del músico y protagonista de algunas de las canciones más emblemáticas de la banda como “Interstate Love Song”, una manera en que Scott reconoce lo mentiroso que ha sido. Es una confesión más que una apología. El videoclip de la canción lo representa genial, un hombre con una nariz gigante al estilo Pinocho. La historia real del tema va de cuando la banda estaba en gira y Janina se queda en su hogar (de ahí lo de amor interestatal), entonces, como una relación a distancia en la década de los 90 del siglo pasado, la manera de mantenerla era por teléfono. Ellos hablaban todos los días. Ella le preguntaba si estaba limpio, si se había drogado. Él decía que no. Sin embargo y como ya sabemos, Scott no pudo resistirse a las drogas. Por lo que hay una relación que él transformó en tormentosa, en la que la sensación de pérdida de ese cariño que se le va entre los dedos (por citar a Buddy Richard), se refleja en “Still Remains”, y ya se consolida en “Sour Girl”: una mujer que es más feliz cuando lo deja. De alguna manera él es consciente que es una basura de pareja y lo expresa de manera dramática.
Como bonus, hay una temática que también denuncian varias bandas de la época, como lo es el abuso sexual hacia las mujeres. La canción “Sex Type Thing”, acusa una violación: hay un hombre violento diciéndole a una mujer que la violará porque puede, porque es hombre, de ahí la repetición obsesiva y terrorífica de “I am a man, a man” para luego decirle que le hará algo que nunca olvidará, y que es su culpa por usar ese vestido. Además, denuncia, quizás de manera matizada, la idea de que para las mujeres es una fantasía esa violación. Esto me recordó inmediatamente al tema “Big Dumb Sex” de Soundgarden, el cual, si bien no va de una violación, sí es una denuncia sobre sexualización de las mujeres como meros objetos penetrables que concebían los hombres de la generación rockera anterior.
Para terminar esta nota, personalmente fue un viaje de redescubrimiento de Stone Temple Pilots; ponerles más atención a las letras, sus intenciones y su historia. Se entiende mejor no sólo una banda, sino un momento histórico de una generación desencantada con lo social, con la política y la vida. Hay algunas letras que llegan actualmente, con la que puedes identificarte de alguna manera después de que han pasado más de 30 años del lanzamiento de su primer disco. No está Scott Weiland, pero nos dejó un testimonio de su tiempo e historia.
Para seguir esta historia nos vemos el 20 de mayo en el Movistar Arena.
Las entradas las puedes adquirir a través del sistema Puntoticket





















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