
Texto por: Ricardo Arredondo
Fotografías: Hugo Hinojosa
Una noche épica para los amantes del Metal extremo. Así de fácil y sencillo es catalogar lo que sucedió anoche en el Teatro Caupolicán. Se trataba del retorno a Chile de Meshuggah, una banda con gran trayectoria y con un nicho de fanáticos acérrimos en este rincón del planeta.

Una hora antes del inicio, hace su aparición en escena la banda nacional Chances, quienes fueron los elegidos para abrir el show. En media hora jugaron sus mejores cartas para tratar de cautivar al público, y no defraudaron. A pesar de no ser una banda que se apegue tanto al sonido de los suecos -e incluso ser algo cuestionados por lo mismo- demostraron que la buena música no tiene barreras. Sonido sólido, gritos desgarradores y un público que poco a poco fue entrando en sintonía y que terminó cabeceando y aplaudiendo fuertemente canciones como «Panóptico», «Arder Temporal» y «Sendero» de su brutal disco homónimo.

Con una puntualidad cronométrica, se apagan las luces e ingresa Meshuggah al escenario. Desde antes del inicio podíamos apreciar un gran paño que cubría todo el fondo del escenario y una puesta en escena lumínica que prometía hacernos alucinar. No hubo que esperar ni un segundo para que esa promesa comenzara a convertirse en realidad.
«Broken Cog» fue la canción elegida para comenzar, parte de su último disco «Immutable» (2022) que dio un inicio potente, pero contenido. Fue «Rational Gaze» la que ya dio lugar para destruir cráneos, tímpanos y permitir que el quinteto comenzara a romper todo a su paso, con un Jens que sonaba brutal como siempre y que lucía flamante una polera negra que decía grande en su parte frontal «CHILE».

El público a ratos saltaba e intentaba corear canciones, pero en otros momentos parecía que entraba en un trance provocado por la hipnótica música y las luces que eran un espectáculo aparte. Cerca de la mitad del set, también destacar la inclusión de «In Death – Is Life» junto a «In Death – Is Death» del álbum «Catch Thirtythree» (2005) , que juntas forman una pieza continua de 15 minutos que no da descanso.

El final con «Future Breed Machine» fue probablemente uno de los puntos más altos del show, donde toda la brutalidad, la técnica -que hacen ver tan sencilla- y la potencia de la banda se juntó con unas luces que pasaban del caos, a un blackout absoluto en segundos y que iban perfectamente sincronizadas con la música. Una locura. Luego de una breve espera, la banda volvió a escena para cerrar con «Bleed» y «Demiurge» y así terminar en lo más alto.

En total fueron alrededor de 70 minutos que, aunque en un principio puede parecer poco, hay que entender también que una intensidad, potencia y brutalidad como la vivida anoche, es muy difícil -y sobre todo innecesaria- de sostener por más tiempo. Un show que nos dejó el cuello adolorido, fotosensibles y que casi nos destruye los tímpanos. Es decir, con todo lo que esperamos de un buen show.
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Setlist:
01. Broken Cog
02. Rational Gaze
03. Perpetual Black Second
04. Kaleidoscope
05. God He Sees in Mirrors
06. Born in Dissonance
07. In Death – Is Life
08. In Death – Is Death
09. Humiliative
10. Future Breed Machine
-Encore-
11. Bleed
12. Demiurge





















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