Nota por Lucas Araya
Fotografías: Joselyn Heyden

La legendaria banda danesa trajo toda la oscuridad al Movistar Arena de la mano de un repertorio imbatible, una puesta en escena alucinante y una entrega y conexión con su público en un reencuentro esperado por décadas.

Mawiza estuvo a cargo de encender el fuego de la noche con una precisa entrega en un set condensado que descargó pura electricidad, defensa de las raíces y un poderío que llenó de metal las partículas del aire dejándonos respirar el misticismo y fuerza de su metal en mapudungún. Una excelente forma de abrir una sesión que sería legendaria.


Lo que vendría después sería magia pura, visceral y oscura: Mercyful Fate brillando desde lo alto, con King Diamond como líder de un escuadrón de la oscuridad más épica y avasalladora, arrasando con todo a su paso de la mano de su repertorio más clásico, demostrando que son uno de los pilares más icónicos e inigualables del heavy metal. 

El inicio inquietante y estridente con «The Oath» fue un pasaje directo al infierno más ardiente para abrir la senda hacia el placer metálico, un viaje que no tendría pausas en su ascenso. «A corpse without a soul» y «Curse of the Pharaohs» fueron muestras contundentes de la brillantez compositiva en altas interpretaciones, rozando la gloria y alcanzando niveles de ejecución llenas de pasión y entrega, algo que las numerosas huestes de fieles absorbieron en esta misa oscura y bombástica.


Toda la historia y leyenda de Mercyful Fate se ve elevada con el contundente presente de la banda, con un King Diamond liderando la tropa de jinetes con su histrionismo y esa mística y mítica voz, llenado cada rincón con tintes de oscuridad, histrionismo e intensidad, una forma de seducción que estalló en su mejor forma sobre el escenario y en cada uno de los escalones que llevan a la banda a la gloria en vivo bajo una luminosa cruz invertida y el fuego fatuo.

La poderosa entrega de clásicos insuperables como «A dangerous meeting» y «Melissa» fueron llamas flameando en apogeo, sudor y pasión, en el cual las guitarras de Hank Sherman y Mike Wead flotaron entre las luces y el humo con una atmósfera mística y eterna, un huracán hipnótico de heavy metal inmortal. 


Un maravillado King Diamond concretó su romance con el público local en medio de la interpretación de «Evil» , un grito de amor diabólicamente malvado y poético para cerrar la ceremonia con «Come to the Sabbath» , un momento imborrable para quienes nos arrodillamos frente a sus majestades satánicas.

El final con la época «Satan’s fall» cayó como un rayo estruendoso sobre una arena transformada en una iglesia de cera humana, derritiéndose mientras Becky Baldwin batía su cabellera al viento y elevaba su Rickenbacker mientras todo el peso de la historia estallaba en un acorde final, sellando un capítulo brillante en el huracán llamado Mercyful Fate y su paso por Santiago.


A pesar de dejarnos sedientos y con ansias de más, el real King y su batallón prometieron regresar para sacudir las almas una vez más en un futuro que esperamos desde ya. No queda más que escuchar sus insuperables discos, cerrar los ojos y dejar el tiempo pasar…come, come to the Sabbath.

Setlist Mercyful Fate

  1. The Oath
  2. A Corpse Without Soul
  3. The Jackal of Salzburg
  4. Curse of the Pharaohs
  5. A Dangerous Meeting
  6. Doomed by the Living Dead
  7. Melissa
  8. Black Funeral
  9. Evil
  10. Come to the Sabbath
  11. Satan’s Fall


Zumbido.cl

0 Comments

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *