Texto por: Lucas Araya

Fotografías: Marco Avilez

En una jornada marcada por sonidos volátiles, conocimiento astronómico y los colores del ocaso y la noche del pasado viernes 12 de enero, Sistemas Inestables desplegó todo su dinamismo y potencia en un set conciso y en constante metamorfosis.

Universos sonoros y palabras estelares

Mientras la tarde caía en Santiago centro, la azotea de Canosa Compañía flotaba con la selección ecléctica y flotante por parte de DJ Jazzataque y sus vinilos girando en la tornamesa eléctrica, llenado el aire de vientos y beats hipnóticos y relajantes para dar paso a la charla magistral de la Doctora Yara Jafee sobre galaxias, sus formaciones, la arqueología de las estrellas y el futuro del universo. Una descarga de información altamente interesante y que despertó la curiosidad de quienes estuvieron presentes para aprender y maravillarse con las palabras e imágenes de Yara. Un preámbulo maravilloso para lo que vendría.

El espacio es el espacio nocturno

Una vez que la noche cubrió el cielo en su plenitud, Sistemas Inestables fue armando sus capas sonoras sigilosamente hasta dar comienzo a la explosión frenética de su ritmo sincopado y cambiante, unido a las líneas de bajo que diseñan el camino por donde el teclado se mueve con libertad creativa para luego ir mutando en la formación y distribución del trío y sus potencialidades. Así es como hay momento en que la batería se dobla y el sintetizador toma protagonismo para luego dar paso a secuencias y beats que se complementan con sonidos psicodélicos, gotas de elixir sónico y una guitarra eléctrica fantasma que aparece desde el silencio para detonar todo entre juegos de luces e imágenes magnéticas.

Con contundente repertorio conformado por «Descenso», «Retorno a Saturno», «DDVYPDV» y «Predatum», Sistemas Inestables coronó una noche interestelar, en un viaje galáctico sin movernos de la azotea en pleno barrio Yungay, viajando por millones de años luz hacia el futuro circular envuelto en sonidos envolventes y mantras eléctricos para cerrar una sesión de experimentación y degustación de versatilidad y encuentros espaciales, espirituales y planetarios, todo a través de las ondas sonoras de una noche de verano que parecía un sueño cálido y fascinante.


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