
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
Fotografías: DG Medios
Han pasado cinco años desde la última vez que el británico Roger Waters, mente creativa de Pink Floyd, estuvo en suelo chileno. Ahora con 80 años y con una gira llamada «This is Not a Drill» que albergará 99 conciertos (siendo parte de Latinoamérica la parada final). Un show a la altura de los otros que han hecho con temáticas entre su repertorio clásico y solista, mientras sostiene visuales que, por un lado, invita a la reflexión y crítica hacia los altos poderes. Y en esta ocasión, la emoción y acidez es aún más grande, que abarcó a un Estadio Monumental completamente lleno.
Siendo la hora puesta para el público, un aviso con voz de off anuncia que estará por comenzar cerca de quince minutos, ayudando a algunos que llegaron encima o generando ansiedad a los que esperaron este show por meses. Cerca de las 20:20 y con un mensaje en las pantallas que dicta en no preocuparse de los celulares -cosa que gran porcentaje respetó- y en especial la de «Si eres de los que dicen Me encanta Pink Floyd, pero no soporto las políticas de Roger… harías bien en irte a la mierda e ir al bar en este momento» ya era el comienzo de algo épico. Partiendo con su versión actual de «Confortably Numb», más pausada pero más oscura que la original, llamando la atención con el aspecto teatral donde dialogaba con un muñeco, tal como en el desarrollo del disco «The Wall» (1979) y que fue acompañada con otras piezas de la misma – «The Happiest Days of Our Lives» y «Another Brick in the Wall, Pt. 2-3», para mostrar los primeros fuegos artificiales, fuerza y Rock con un sonido sublime.

Dejando espacio con su material solista, las que se estructuran en el trascurso del espectáculo eran «The Powers that Be» y «The Bravery of Being Out of Range», ambas compartían datos duros horripilantes e imágenes que chocan con lo peor de la humanidad, mientras que su banda daba lo mejor estando atenta a cada detalle que se expresan en la tremenda escenografía para que toda la gente en el estadio pudiera leer y sentir rabia. En eso, da una pausa para expresar su felicidad de estar acá y comentar la anécdota sobre lo que pasó en Uruguay y Argentina sobre su hospedaje, argumentando «Pasa eso porque yo creo en los derechos humanos y en la igualdad».
Nos comenta sobre la creación de la balada «The Bar» para incluirse en el repertorio, abriendo paso a otra cosa importante aparte de sus críticas políticas: sus recuerdos en la primera época y tiempos dorados con Pink Floyd. Suena la genial «Have a Cigar» mientras se proyectan cientos de imágenes que combinan con la primera formación del grupo donde se encontraba Syd Barrett, para pasar inmediatamente a «Wish You Were Here», recordando al mítico músico cuando quisieron formar una banda siendo jóvenes y que fue de los puntos más emotivos, y terminando esta sección del clásico álbum de 1975 con «Shine On You Crazy Diamond» en sus parte VI-IX, donde se incorporó el saxofón de Seamus Blake que sonó con una exquisitez imborrable.
Terminando su primer acto, «Sheep» de la obra maestra «Animals» (1977) suena como un cañón, mientras aparece una oveja inflable gigante que da una vuelta por el sector que separa Cancha, siendo un regalo para los más acérrimos del cuarteto inglés. Con un interludio de casi quince minutos, un detalle a destacar son el uso de parlantes que rodea el estadio, logrando una tridimensionalidad, más cuando de a pocos se escuchaban gritos exclamando «¡Hammer, hammer!», mientras un cerdo inflable malvado hace el mismo movimiento, siendo un distractor de sonidos entre disparos, explosiones y ruido que parecía una pesadilla. Al bajarse las luces, de sorpresa cae «In the Flesh», ahora con Roger siendo el papel del muñeco del principio, y liberándose del mal cuando comienza «Run Like Hell», mostrando mensajes en contra del capitalismo, el fascismo y la guerra, mientras el ritmo era contagioso para todos los asistentes.

Otra vez con lo crudo, en sus canciones solistas «Déjà vu» -con su Reprise incluida- «Is This the Life We Really Want?» manifestaba sus preocupaciones con el mundo, alzando voces para reflexionar que somos seres que no sabemos entender por qué hay diferencias, cuando toda cosa con guerras y ambiciones de poder solo genera miseria, momentos con proyecciones que a más de alguna persona le ha dejado un nudo en la garganta. Como muchos esperaban, la sección «Dark Side of the Moon» (1973) tocada en toda su segunda mitad fue un viaje estelar. «Money» y «Us and Them» cantadas por el gran Jonathan Wilson en guitarra, «Any Colour You Like» dejándonos llevar con su sonido sicodélico, «Brain Damage» que acumulaba una fibra afectiva que explotó con el cierre poderoso de «Eclipse», con luces láser que simulaban el prisma y la luz que se divide en colores. Impresionante.
Ya en el final y bajando las revoluciones con todo lo que ha ocurrido, Waters agradece nuevamente la asistencia y el apoyo por muchos años, más con la conciencia que ha expresado con su defensa a los derechos humanos, sin importar raza, religión, identidad de género, etc. Con «Two Suns in the Sunset» del «The Final Cut» (1983) concluye parte de su historia con Pink Floyd en una versión acogedora a pesar de que en su periodo de escritura, sentía el peligro de otro conflicto mundial y lo siente aún más en la actualidad. Otorgando una cercanía y dejando descansar toda la ayuda gigantesca de la producción técnica en el escenario, todos los músicos se reúnen cerca del bajista para cantar el Reprise de «The Bar», hasta transformarse en «Outside the Wall», mientras se despiden y terminan el recital detrás de cámaras con muchas sonrisas y energía, luego de todo este recorrido soberbio que es difícil de sacarse de la cabeza.

Por algo «This is Not a Drill» ha sido un total éxito, porque Roger Waters nos habla sobre resistencia, saber entender la memoria de recordar a los que no están y los que murieron injustamente, mostrando la parte que muchos evitan sobre la crudeza que llegan a realizar algunos solo por poder, y todo eso, en una presentación magistral donde la espectacularidad siempre ha estado de la mano con el artista.
Setlist:
01. Confortably Numb (2022 version)
02. The Happiest Days of Our Lives
03. Another Brick in the Wall, Pt. 2
04. Another Brick in the Wall, Pt. 3
05. The Powers that Be
06. The Bravery of Being Out of Range
07. The Bar
08. Have a Cigar
09. Wish You Were Here
10. Shine On You Crazy Diamond (Parts VI-IX)
11. Sheep
-Interludio-
12. In the Flesh
13. Run Like Hell
14. Déjà vu
15. Déjà vu (Reprise)
16. Is This the Life We Really Want?
17. Money
18. Us and Them
19. Any Colour You Like
20. Brain Damage
21. Eclipse
22. Two Suns in the Sunset
23. The Bar (Reprise)
24. Outside the Wall




















