Foto por: Marcelo Millavil

Una noche inolvidable que marcó el regreso a los escenario de Los Bunkers, haciendo feliz a cada persona que tuvo la fortuna de estar ahí. Un show íntimo, familiar y disfrutado al máximo.

Un regreso esperado, deseado, soñado. Todas las expectativas estaban puestas en los conciertos del 11 y 12 de marzo en el Santa Laura, y de pronto, casi de la nada, el anuncio de un show “secreto” para un puñado de personas afortunadas. Hacía rato que despertarse en la mañana no hace tan bien. La canción de cerca estaba aquí.

Todo el día, y en especial, el trayecto hacia la discoteque Blondie fue como viajar rápidamente en el tiempo, escuchar los discos, recordar las canciones palabra por palabra, bajarse en Unión Latinoamericana y bajar las escaleras entre las sombras y luces de neón para despertar en el 2023, la primera noche de marzo y encontrarse con un escenario montado con los instrumentos de la banda de rock más relevante en Chile en los últimos 20 años. Los Búnkers estaban ahí, detrás de las paredes sudadas y el humo, generando las ansias, aplausos y cantos de quienes repletaron el clásico local de Estación Central. Tantas jornadas en esa pista de baile y nadie imaginó nunca que un sorpresivo posteo alegraría las vidas de 500 personas.

Humberto Sichel anunció a la banda pidiendo discreción, privacidad y no registrar imágenes ni videos del concierto, para respetar la mística de esta vuelta y para, sobre todo, disfrutar como en los viejos tiempos, donde la música era más importante que la foto y el like.

Y Los Bunkers salieron a escena, luego de casi 10 años de alejamiento y una pandemia con encierros encima. La nostalgia a cuesta y un repertorio tan fresco como certero a cuestas. Bastó un segundo de euforia y el reencuentro se manifestaba con “No me hables de sufrir”. El lugar se convirtió en una caldera, un karaoke en llamas. Un mar de manos alzadas y voces en melodías y sonrisas por doquier. Sin embargo, todo lo nostálgico de una reunión se transformó en una fuerza renovada y potente, al ver y sentir el fiato de la banda sonando tan poderosa como en nuestros recuerdos y registros y mostrando una ejecución precisa y aceitada . Y estamos hablando de la primera canción, recién.

Durante el show, cada integrante demostró estar en un punto alto, digno de un regreso lleno de emoción y destreza. Álvaro López en gran forma y performance, Gonzálo López siempre exacto e imaginativo en sus líneas de bajo, Mauricio Basualto una máquina indispensable en la bata y los hermanos Durán dando rienda suelta a sus guitarras estridentes, armoniosas e imprescindibles. Todo coronado con una sinergia y sincronía entre el público y el grupo que se extrañaba tanto como la existencia misma del quinteto.Con un set list conciso y variado, mezclando clásicos infalibles con joyas ocultas en su enorme discografía y favoritos de la banda, la fiesta solo fue hacia arriba para nunca bajar en poderío ni entrega. Dieciocho canciones donde no podían faltar “Te viste y te vas”, “Bailando solo”, “Cura de espanto” ni “Ven aquí” (acaso el himno de espera perfecto para la ocasión) coronando con una virtuosa, sentida y sicodélica “Ahora que no estás”, dejando las puertas abiertas al universo sonoro de Los Bunkers y solamente esperar lo mejor para sus fechas en Santiago, Concepción y Viña del Mar.

Si bien, la idea era hacer de esta una jornada “secreta”, un regalo para quienes estuvieron en el lugar, la era moderna, donde la información fluye y se escabulle por las grietas de la red hace casi imposible que no se filtren fotos, videos, audios, o pantallazos del set list, lo cual demuestra una cosa: el regreso de Los Bunkers es imparable, incontenible. Cala hondo y llega hasta lo más recóndito. Una vuelta implacable, partiendo el tiempo en dos.

La vara queda alta y con un sabor dulce, solo puedo decir y esperar que todo el mundo disfrute al máximo los shows de la banda penquista. Nadie quedará bailando solo en la gran fiesta que esta vuelta. 

*Al día siguiente, se lanzaron algunos tickets extra para los shows de Santiago. Adivinen. Se agotaron enseguida. Así de fuerte es el interés por verlos en vivo.


Zumbido.cl

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