
Texto por: Hugo Hinojosa
Fotos: Daniel Sáez
La noche de este viernes estaba programada para convertirse en una ideal para los y las amantes del Hard Rock, y no defraudó a quienes asistieron al Teatro Oriente.
Cerca de las 9 de la noche abrieron los fuegos Evolution, tributo nacional a Journey, banda conducida por Nico Cid, ganador del programa «Yo soy» con su imitación de Steve Perry. La banda logró su cometido de intentar emular el sonido de la banda oriunda de San Francisco, a base de una batería de éxitos indiscutibles. El espectáculo inició con la potente «Any way you want it», para proseguir con «Lovin’ touchin’ squeezin’». Obviamente, también hubo momentos para baladas eternas como «Send her my love», «When your love a woman» u «Open arms», en la cual además integraron a una bailarina quien acompañó el desarrollo de la canción con una emotiva coreografía. Otro momento especial se produjo debido a que su bajista, Francisco Pérez, estaba de cumpleaños, instante que la banda aprovechó para cantarle junto al público.


Para cerrar su presentación, interpretaron «Oh Sherrie», canción del primer disco solista de Steve Perry y su hit más importante. Ya en el cierre, la dupla de «Separated ways» y «Don’t stop believing» sirvieron para coronar una entretenida presentación, centrada en el parecido vocal de Cid con Perry, y dejando al público ansioso de más música.


Ya pasadas las 10:30 de la noche comenzó el plato fuerte de la jornada, donde la fanaticada local podría volver a encontrarse con Eric Martin, vocalista de Mr. Big, a tan solo meses de su última visita a la capital, y en el contexto de un pequeño tour en Chile, donde visitará Rancagua, Santiago y Coquimbo. La partida con la potente «Daddy, brother, lover, little boy», pronosticaba lo que sería una presentación llena de energía. Los llamados “cóndores”, banda de soporte del artista compuesta por los músicos chilenos Felipe Cortés (batería), Ignacio “Nacho Dedos largo” Torres (guitarra) y Joaquín “Yakls” Quezada (bajo), (quienes sumaron al colombiano Alejandro Cuevas en las voces de apoyo) salieron a escena demostrando que ya han incorporado el sonido inconfundible de Mr. Big a su performance, y que mantuvieron un excelente nivel a través de toda la presentación, en un repertorio que obliga constantemente al virtuosismo y la precisión instrumental. Fue así que incluso, en un extraño movimiento, extendieron la introducción del tema inicial para esperar la salida algo demorada de Martin quien, con su simpatía habitual, salió comentando el hecho de “estar llegando tarde a su propia fiesta”. El tema fue coronado con el clásico duelo de taladros en la sección intermedia, generando la algarabía del público quien inmediatamente se entregó a lo que vendría.

El setlist, centrado obviamente en el repertorio de su banda principal, continuó con la rockera «Alive and kickin’», para pasar luego «Superfantastic», haciendo un breve paso por el periodo de Richie Kotzen en la agrupación. De ahí en adelante, el espectáculo transitó revisando parte del catálogo fundamental de Mr. Big, sumado a constantes intervenciones relajadas de Martin, donde se dio el tiempo de bromear con sus compañeros musicales y el público, logrando un espacio de complicidad perfecto para sus fanáticos y fanáticas, quienes lograban dar un buen marco de asistencia al recinto escogido para esta nueva presentación.

De tal modo, pasaron clásicos como el reconocido cover de Cat Stevens, «Wild world», baladas como «Promise her the moon», o la positiva y más comercial «Shine». Otros momentos destacables fueron la interpretación de «Temperamental», donde recibió de regalo una camiseta de la selección chilena de fútbol con su nombre y el número 1 en su espalda. Asimismo, la presentación de «Take cover» fue un buen momento para interactuar con los y las asistentes. Aquí Martin señaló que era una canción que lo ha acompañado mucho en el último tiempo, y obviamente sirvió de homenaje para Pat Torpey, lamentable e irreparable perdida para Mr. Big.


El show prosiguió con el diálogo y jugueteo constante de Martin con su banda y el público, haciendo chistes sobre la belleza oculta de su baterista, pidiendo a su guitarrista que tradujera algunas de sus innumerables intervenciones, o bajando del escenario y yendo directamente hacia los asientos para cantar entre sus fans. Sin embargo, también era de notar que funcionó como líder absoluto de la agrupación, haciendo en todo momento indicaciones precisas a esta y llevando el ritmo del espectáculo. Por otro lado, en varios momentos se puso la guitarra al hombro, aduciendo en tono burlesco los años de clases tomadas con Paul Gilbert, acompañando las canciones e insinuando en broma tocar hits como «Sweet home Alabama» o «Stairway to heaven». Estas mismas intervenciones mostraron algunos momentos con pequeños problemas en la afinación de la guitarra acústica, los cuáles fueron solucionados con el buen humor reinante en la cita.

Ya hacia el final, fue infaltable escuchar el hit «To be with you», donde invitó a Nico Cid para acompañar la interpretación, y cerrando con un combo rockero compuesto de «Colorado bulldog» y «Addicted to the rush», tema donde invitó al público a rockear, aunque una perdida asistente, luego de infructuosos intentos, no pudo seguir las instrucciones que el mismo vocalista le pedía, causando las risas espontáneas del público. De este modo, el espectáculo cerró arriba, sin un “bis”, y dejando a quienes asistieron con ganas de más, pero demostrando que Martin aún tiene mucho Rock y voz para regalar.
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