El sonido de los saxos son casi siempre la señal de un espectáculo de Jazz realmente bueno. Esta no fue la excepción, ya que se presentaba una de las grandes exponentes chilenas que nos representa en el extranjero que es Melissa Aldana, quien brindó su catártico show en el Teatro Nescafé de las Artes a cargo de la productora Stgo Fusión para promocionar su reciente disco «12 stars» lanzado este año y que nos contó detalles de sus inspiraciones.

La artista señaló que el disco recoge las experiencias vividas durante la pandemia, además de que coincidía con sus 12 años viviendo en Nueva York, Estados Unidos, y los 12 meses que vivió lo más intenso de la pandemia.

Aldana subió al escenario del recinto de Providencia y desde el primer minuto trajo consigo una presencia y un dominio que resonaba solo con su aura. Cada miembro de este cuarteto -los estadounidenses Mike Moreno en guitarra y Kush Abadey en batería, además del compatriota Pablo Menares en contrabajo-, se defendía de la mejor forma y contribuía de manera significativa a la puesta en escena y al sonido de cada melodía. 

Desde el inicio Melissa parece estar evolucionando hacia la mejor de sus versiones y no solo por la cantidad de música que entrega, sino que básicamente por la interpretación de solos improvisados transmitiendo honestidad y sentimiento puro, siendo muy acorde al sonido del Post-Bop que interpreta en su discografía, pausados y a veces muy expresivos en las ejecuciones.

Mientras evoluciona la propuesta sonora sobre el escenario, «12 stars» se convierte en el estímulo perfecto para recobrar el amor por el Jazz y viajar hasta lo más alto sin dejarte caer. Interpretaciones fascinantes como la inicial «Falling» que progresa sin problemas (sabiendo que no había piano en la formación), el sonido bohemia de «Emilia», inspirada en una melodía soñada según relató al público.

«Los Ojos de Chile» fue una canción con uno de los momentos mas altos, que en sus claves relaciona la conexión de sus tierras estando por el mundo y mostrando su música con todo orgullo.

Es increíble como siendo tan joven Melissa puede haber absorbido distintos sonidos en la evolución del Jazz y eso se agradece, para estos eventos donde las maniobras y el choque con los momentos de improvisación sorprenden, con ella y su banda recreando a los espectadores que son más estrellas por ver que las del cielo.


Zumbido.cl

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