Texto por: Ricardo Arredondo
Fotografías por: Hugo Hinojosa

El Teatro Coliseo fue testigo de la cuarta visita de la banda norteamericana Hanson con motivo de la celebración de sus 30 años de carrera y el lanzamiento de su último trabajo discográfico «Red Green Blue» de este año.
La banda chilena Carnada fue el show de soporte, quienes con su Pop Rock y sus pegajosas líneas pavimentaron el camino de lo que sería una jornada de nostalgia y recuerdo.

A las 9 en punto y con un teatro que, siendo generoso, no sobrepasaba el 30% de su capacidad sale a escena el número estelar de la noche. El público, mayoritariamente femenino, explota en éxtasis y los cientos de asistentes gritan y se escuchan como si fuesen miles. Desde el minuto uno, los hermanos de Oklahoma, sacan a relucir su experiencia y demuestran sus tres décadas de existencia, con una agrupación compenetrada, sonando a punto y con un gran despliegue vocal por parte de los hermanos.


En el fondo se aprecia un lienzo con tres grandes columnas de color Rojo, Verde y Azul, y las letras R, G y B, una en cada columna, haciendo referencia a su último disco. Bajo cada color, se encuentra cada uno de los hermanos. A la izquierda Isaac en la guitarra, al centro Zac en la batería, y a la derecha Taylor en el piano. En la parte posterior y algo relegado al costado del baterista, se encuentra Andrew Perusi, músico de apoyo y pieza fundamental en el sonido en vivo de la banda, en el bajo. Suena la armónica y el público enloquece, marcando uno de los puntos altos al inicio, con «If Only» con Taylor Hanson saltando mientras toca la armónica y mueve su rubia cabellera al viento.

Luego de algunas canciones, Zac queda solo en escena. Pasa al piano e interpreta «Broken Angel». Un momento de intimidad entre él y un público cómplice que escucha, canta y grita. Este ejercicio, sería parte de la tónica de la noche. El grupo interpretaba un set de canciones en conjunto donde se intercalaban los protagonismos, para explotar luego en el coro cantando a tres voces con un sonido sólido. Luego, uno de los miembros queda en escena para tener su momento a solas con el público.

También, fue posible verlos en un formato más acústico, en donde los tres hermanos pasan al frente del escenario, Zac con un cajón de percusión, Isaac y Taylor con guitarras electroacústicas para darle un formato diferente a sus canciones y lograr un ambiente de cercanía con el público. En ese sentido, lo de Hanson es un show bien estructurado y muy bien pensado para que sea una montaña rusa de emociones y sensaciones, y así, con esos cambios de alineación durante el show, salir de la monotoneidad que podría ser interpretar una canción tras otra de su larga discografía.

Suena «MMMBop», su gran hit del disco «Middle of Nowhere» (1997) con el que se dieron a conocer en todo el mundo, y que sería una de sus canciones de cierre. El público grita, canta y baila como fue la tónica de la noche, en lo que se veía un ambiente muy amigable, seguro y de mucha hermandad entre asistentes.

Poco pareció importarles a los hermanos la baja concurrencia de público. Ellos, en su profesionalismo y devoción hacia sus fans, lo dieron todo en un show de más de dos horas de duración. Se les veía sonreír y agradecer a los asistentes quienes respondieron cantando sus canciones a todo pulmón. Un espectáculo cargado de éxitos que trajo consigo la nostalgia de antaño, y donde la fanaticada tuvo tiempo para cantar, gritar y bailar al ritmo de una música que es parte del soundtrack de su vida.





















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