Por: Lucas Araya

Beto Cuevas celebró dos décadas de la grabación y lanzamiento de la sesión desenchufada que La Ley realizó para MTV, un disco que impulsó a la banda a una mayor masividad y trajo una serie de premios y galardones que expandieron el legado del grupo. Dicha conmemoración se llevó a cabo en una jornada doble en un Teatro Teletón repleto y con entradas agotadas (y que ya anunció nuevas fechas para diciembre por éxito de convocatoria) en un ambiente de celebración, un saludo al legado inoxidable de una de las bandas más exitosa de la historia de la música chilena.

Desde el comienzo Beto Cuevas y su banda ofrecieron un espectáculo que fue avanzando en un ascenso impecable, en un riguroso tono oscuro (tod@s en un rigurosos negro) que brillaba por la escenografía y el carisma inigualable del icónico vocalista, demostrando en cada nota, en cada palabra, en cada movimiento y en cada silencio que es un animal devorador de escenarios, el dueño de la noche en el centro de las luces sobre un un escenario que hace un guiño a la presentación de 2001, con luces tenues y alfombras donde la banda completa se desplegó, sumando a un cuarteto de cuerdas y un trío de coristas que van recreando y reconstruyendo el listado de temas, esta vez en un orden alternativo y reforzado, una forma de revitalizar un repertorio ya clásico, incluyendo canciones que quedaron fuera originalmente y sumando «Vuelvo», un tema de la carrera solista de Cuevas que toma un nuevo vuelo y una fuerza renovadora, además de incluir una composición nueva (Todo es perfecto en dueto con Javi Flores), demostrando así la vigencia y vitalidad compositiva del emblemático cantante.

En cada interpretación la emoción emergía de Beto, conectando con las miradas y las voces atentas y entregadas, y esa emotividad regresaba para entrar en la performance del líder del grupo y así transformarse en una fuerza que subía y se amplificaba a medida que el setlist iba avanzando. Impecables entregas llegaron con «Animal», «Hombre», «Día Cero», «Fuera de Mí», «Cielo Market» y «Prisioneros de la piel». Sin embargo, todavía quedaba un momento más alto y fue la inclusión de Ely Guerra en la parte final del set para acoplarse a una versión en dúo de «Mentira» y para revivir y resignificar «El Duelo», con una entrega vocal potente e inolvidable, una marca atemporal que dejó la artista mexicana en un “clásico de karaokes”, como el mismo Cuevas confesó. Interpretación que esta noche alcanzó un grado aún más alto e imborrable.
Para cerrar la velada «Al Final» llegó como el cierre perfecto a un concierto conmemorativo de un material que partió aguas y dejó un legado innegable dentro de la historia de la música popular chilena, atravesando también toda Latinoamérica y que llegó a otras ondas sonoras y expansivas, impensadas hasta entonces.

Ambos shows fueron registrados para una futura edición como celebración de estos 20 años. Además, ya se anunciaron fechas para diciembre para quienes no pudieron asistir a las funciones del 30 de julio, una forma de continuar celebrando y conmemorando la música de La Ley y su legado.
Gracias Beto. Gracias La Ley.
Hasta siempre a través de la música.




















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