The Ganjas
El cuarteto desplegó una sesión de humo y música para flotar desde el incio del lado oscuro del sonido que se inhala y exhala la banda en la simbiosis de cada ritual ganjero.
El repertorio fusionó temas infaltables de su sólida discografía (smoking Louise, Moonlight cat, Trio in the eye) con «temas que todavía no tienen nombre» pero que siguen la senda caleidoscópica del aura de The Ganjas: melodías y juegos de voces para viajar sin moverse, cerrar los ojos y volar.
El cierre del set llegó como un tren lisérgico en un tunel sin tiempo con «This is the time», derritiendo la atmósfera, fundiendo los seres, transpirando la ganja. Estación final, La redensión sónica estalló.
Hielo Negro
En el escenario clásico del bar, el trío infernal llevó los descibeles al máximo y descargó su entrega eneregética para una fiel y eufórica familia del rock en llamas, sonando como el viento sabio en libertad, moviéndose por los ricncones, copando el aire, incendiando las gargantas.
La ruta imparable de Hielo Negro arrasó la noche con su sonido invencible e imparable. Pequeña muerte, Cabo negro, Halcón de soledad, Hijo del diablo, Altas mareas, Donde nacen los vientos, todos temones que marcaron momentos altos sin pausa. Una sesión de puro cariño y celebración. Chelo, Panzón y Memo en gran forma, sonando más sólidos que nunca. Cuajando sudor, volumen y fuego.
El infierno es euforia, las luces rojas somos tod@s, bailando y cantando.
¡Felices 26, Bar de René!
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