Por: Cristián Rodríguez E.
Fotografías: Lukas Cruzat

Anoche, en un repleto Teatro Caupolicán, se presentó Black Pumas, los nominados a los últimos premios Grammy en la categoría de “Mejor Interpretación Rock” y “Mejor Álbum de Rock”, oriundos de Austin, Texas. En su primera vez por Chile demostraron ser unos fieles intérpretes del sonido soul de antaño,  fusionándolo con el rock and roll y psicodelia de los tiempos modernos.

El show, que generó alta expectativa en la audiencia local (cabe recordar su cancelación para la fecha programada en enero del 2021 por las restricciones debido a la pandemia), se agotó sus entradas en solo un par de semanas  y como consecuencia de ello,  la productora Fauna  debió cambiar el recinto original, el Teatro Coliseo, y trasladarlo a un lugar de mayor convocatoria, el Teatro Caupolicán.

La agrupación llegó al país luego de presentarse en el Festival Vive Latino, de la ciudad de México, en un show acortado debido a las restricciones horarias de los festivales masivos. Sin embargo, en nuestro país, presentó un show completo con la banda a su merced como dueños de casa.

A las 21:35 hrs., la banda liderada por Eric Burton y Adrián Quesada saltó al escenario, generando una explosión en la impaciente fanaticada, que se le hacían eternos los minutos mientras los técnicos terminaban de preparar el escenario previo al show.

Abrieron con «Next To You», con la cual Eric Burton dio la bienvenida con un “¡Buenas Noches, Chile!”. De ahí en adelante, fue el amo y señor de esta liturgia, invitando en «Old Man» al público en un paso de baile en vaivenes, para pasar al juego de aplausos en «I Am Ready».

Todos se rindieron ante Eric, el orador de la noche, que con una enérgica actuación, fue muy cercano a su público. Dominó cada lado del escenario y saludó amistoso a la fanaticada de los primeros puestos, incluso invitando a ponerse de pie al público sentado en las plateas.

La banda muestra una ejecución que roza en lo perfecto y lo suficientemente potente para hacer vibrar completamente a todo el Teatro Caupolicán. La incansable guitarra de Adrian Quesada, acompañado por los músicos para éste tour, Stephen Bidwell en batería, Brendan Bond en bajo, JaRon Marshall en teclados y para los coros las espectaculares Angela Miller y Lauren Cervantes.

Llega el turno de la balada «Angel», donde Eric, con guitarra en mano, solo es acompañado por sus coristas y el suave piano Hammond, mientras el público ambienta la escena encendiendo las linternas de sus celulares.

Eric vuelve a invitar al público a cantar. Esta vez, su versión de «Ain’t No Love In The Heart Of The City», original del cantante Bobby “Blue” Bland. Llegando a la parte final del show, el Teatro Caupolicán se viene abajo con la más esperada de la noche: ‘Colors’; celulares arriba y devoción pura  de toda la gente que ovacionó la optimista melodía. Sin embargo, fue una despedida en falso, para volver a escena y cerrar finalmente con “Fire”.

Burton, quien hace pocos años cantaba en las calles de Austin, siente la experiencia como viviendo un sueño, y lo disfruta como tal. El público logra una aproximación única con la banda, vista pocas veces, donde se ve a un gran grupo de amantes de la música conectados de manera sinérgica. Baile, canto, salto y adoración. La banda devuelve de la misma manera el cariño demostrado por el público asistente, incluso volviendo al escenario después de la canción final a sacarse una última fotografía y regalando a sus fanáticos preciados recuerdos del show, como los setlist y uñetas.

A la salida del Teatro Caupolicán, rostros conformes con la experiencia vivida. Todos salieron con una grata sensación de haber vivido una comunión perfecta con la banda y el disfrute de música de calidad.


Zumbido.cl

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