
En la reactivación de conciertos masivos en el país, con algunos reagendados después de dos años que pudieron cumplirse y otros por venir en la misma expectativa, un factor que ha impactado es la fiebre por artistas en el ámbito del Reggaetón con éxito de ventas que no ha dejado capacidades vacías, entre las generaciones nuevas y la que muchos han crecido. Los puertorriqueños Wisin & Yandel son parte del caso y el más cercano, con tres conciertos agotados en el Movistar Arena, en el cual por estos días completa su visita realizando su arsenal de hits para hacer bailar a cada espectador en medio de su gira «La Última Misión» como despedida.

Un público ansioso que ya preparaba motores con otras canciones del género en la previa, se deja llevar a las 21:00 cuando el dúo aparece en escena, dispuestos a entregar un show que cubre dos décadas y ha sentido los brazos de Chile en diversas ocasiones. Acompañados con la producción que un acto de Reggaetón se preocupa desde banda de fondo, proyección de imágenes -que hasta mostraban recuerdos del pasado para entender la emotividad por su despedida-, juegos visuales y bailarines- no bastaron largos minutos para llevar a los presentes hacia la galaxia del perreo.


Completando un viaje desde su cercanía al éxito con «Pa’l Mundo» (2005) donde los más nostálgicos disfrutaron con nombres como «Mírala Bien» en su principio, «Llamé pa’ Verte (Bailando sexy)» o casi en la parte final con «Rakata», pasando por otros momentos especiales del recuerdo como «Pegao», «El Teléfono» y las colaboraciones donde participan en las renombradas «Mayor Que Yo» o «Noche de Entierro (Nuestro Amor)», las facetas solistas de Yandel tuvieron su espacio con «Como Antes» y «Loba» y muy pocos momentos de su material más reciente «Los Campeones del Pueblo» (2018) estuvieron en la lista.


Además, el dúo pudo darse el gusto de cantar algunos cortes de Daddy Yankee -otra figura que ha agotado entradas en mayor escalar y anunció su retiro con una gira- como fueron las pegaditas «Si Supieras» y «No Me Dejes Solo». Sin nombras más evidencia, los asistentes sostuvo la energía y el colorido para transformar el recinto santiaguino en una discoteque cargada de aventuras del llamado «Reggaetón Old School» para dejar la vara alta a otros eventos que se avecinan a futuro. Sin complicaciones y que la propia producción en vivo hace incrementar la calidad de espectáculo, Wisin & Yandel se divierten y leen la mente de cada uno para saber que no hay alma al que no se resista de esos beats que resuenan a diario y durante años.

Solo siendo la primera parada (las siguientes son este jueves 23 y viernes 24), hace pensar muchas cosas; pero es claro que el fenómeno del Reggaetón y el público chileno forma una relación donde cada anhelo y querer despejarse de la rutina son solo un porcentaje de la respuesta hacia ese éxito de venta para artistas de este mundo con un recibimiento titánico, y Wisin & Yandel lo tenían claro para demostrar esa diversión arriba de la plataforma de eventos.





















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