Texto por: Catalina Lázaro Muñoz
El guion exquisito y delicadamente perspicaz adaptado por el director Andrew Haigh de «Strangers» (1987), una novela del escritor japonés Taichi Yamada y la segunda adaptación cinematográfica basada en la novela, es lo que le da vida a «Todos Somos Extraños» -de nombre original «All of Us Strangers»-, película británica de Fantasía romántica y el quinto largometraje del director. Con una narrativa cautivadora y una dirección impecable, esta película nos sumerge en un mundo donde las emociones se entrelazan de manera sublime y sensible, explorando la complejidad de las relaciones humanas con una profundidad inigualable.
La historia nos sumerge en dos narrativas. Una relación tentativa comienza a florecer entre Adam (Andrew Scott) un guionista que lucha con unos escritos extraído de su pasado, y su vecino Harry (Paul Mescal), una de las pocas personas que viven en el edificio. Y cuando Adam examina una caja de tesoros familiares que le proporcionan un vínculo con el pasado lejano decide visitar la casa de su infancia en los suburbios de Dorking, Inglaterra, Adam se encuentra con sus difuntos padres (interpretados por los británicos Jamie Bell y Claire Foy), todavía viviendo exactamente como eran justo antes de morir hace años atrás, cuando Adam aún era un niño. Aunque él se presenta como nuestro ancla emocional, fundamentando los elementos fantasiosos y sobrenaturales de la historia, vale la pena mencionar que en todo momento todo el elenco es impecable.
Reconocido es Adam Scott por su actuación como el «hot priest» en la serie de comedia «Fleabag» (2016), y Paul Mescal por su actuación que le dio su primera nominación a los Oscars por «Aftersun» (2022). Ambos actores irlandeses previamente han explorado ya temáticas muy conmovedoras y llenas de sentimiento y drama en sus trabajos tanto para cine y TV así como también para teatro, y esta vez no dejan de entregar actuaciones magníficas, demoledoras y profundamente personales. Presentan una conexión real y pura que se agradece y se transmite plenamente en la pantalla y en sus interacciones y diálogos.
La cinta también destaca la música de la infancia de Adam y su conexión con esta como lo son clásicos del Pop de los 80’s de Pet Shop Boys y Frankie Goes to Hollywood. Aunque él mismo parece desconectado del resto del mundo, algo que su casi impersonal departamento en un edificio casi vacío sólo sirve para enfatizar su presente y lo que sigue resonando de su trauma no resuelto de su infancia. Lo que realmente brilla de la película es su poderoso mensaje sobre la conexión humana y la búsqueda de identidad, a través de momentos de profunda introspección reflejados en los diálogos de los personajes, se nos invita a reflexionar sobre quiénes somos realmente y cómo nuestras acciones y palabras impactan en quienes nos rodean.
Escenas filmadas por el director de fotografía Jamie Ramsay de forma tan delicada y sutil, desde lo que transmite un departamento o casa en Inglaterra, pasando por una disco y sus resplandecientes luces, hasta escenas donde Adam y Harry intiman, con la edición de Jonathan Alberts crean una trama con total armonía y fluidez que subraya la conexión emocional que se logra entre no solo los personajes sino también con la audiencia.
«Todos Somos Extraños» es una obra que merece ser vista y apreciada por todos los amantes del cine. Es una experiencia emocionalmente resonante con una narración muy íntima, cruda y potente que te atrapa por el corazón y no te suelta, y tiene un impacto casi desgarrador que dejará reflexionando y hasta sollozando a varios después de que las luces de la sala se hayan apagado. Un imperdible que llega a las salas nacionales esta semana, distribuido por Cinecolor Films.