Por: Tomás Bascoli

Dirigida por Bill Benz y con el guion original a cargo de la propia St. Vincent (Annie Clark) y Carrie Brownstein, “The Nowhere Inn” es un relato fantástico, surreal y onírico que muestra lo interesante que puede ser combinar el género documental con elementos de ficción para dar cuenta de la biografía de una artista musical. Tal como su música, el film es a ratos un laberinto de artilugios y artefactos futuristas o sacados de las mejores películas de ciencia ficción, lo que incluso, a veces, puede llevar al espectador a un dolor de cabeza al momento de seguir la trama y las subtramas que se incluyen en la película.

La película en sus 91 minutos de duración sigue a St. Vincent (Annie Clark) en su intento de realizar un documental que retrate su vida dentro y fuera del escenario mientras realiza una gira. Para ello, contrata a su amiga y multifacética directora de cine Carrie Brownstein para que logra tal meta. El problema se encuentra que, para Carrie, la vida “fuera del escenario” de Annie Clark no es lo suficientemente atractiva, novedosa y diferente en comparación a lo que muestra St. Vincent al momento de colocarse frente al micrófono. Allí en adelante, la película comienza un espiral descendente en donde St. Vincent comienza a conquistar cada rincón de la vida de Annie, a lo cual la directora Brownstein es el testigo principal.

El filme cuenta con ciertas escenas humorísticas en torno a la fama moderna, la sexualidad de St. Vincent, su relación con su banda o la paradigmática figura del rockstar. Lo que entrega muchos altibajos al filme en torno a sus diversas temáticas y géneros que se entrelazan dentro de ella. Una especie de loop infinito y circular en torno al desarrollo de la gira de la artista.

Si bien, este tipo de documental innovador y ficcional es una propuesta novedosa, a veces es un dolor de cabeza seguir por todos los recovecos que el guion propone. Brownstein y Clark funcionan como las protagonistas de una historia que se convierte más en una suma de escenas tipo collage que una película con una trama definida. Quizás, estamos en presencia de un metadocumental, si me permiten decirlo de esa forma.

Acompañado de la música de St. Vincent y del disco creado para la película, “The Nowhere Inn” (2021), probablemente el mejor resumen del film podría ser interpretado por la canción que le da nombre al largometraje y al álbum, una canción con varios momentos que combinan los diferentes referentes que tiene St. Vincent en su quehacer musical: paisajes sonoros tranquilos, futurísticos, rockeros y con una lírica criptica pero hermosa al mismo tiempo. “The Nowhere Inn” es eso y mucho más, en verdad es un laberinto hipnótico que depende de cada uno caer conquistado en él o no.


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