Por: Adolfo Serey

Hoy la vorágine compuesta por la muchedumbre del público, eufóricos por el pronto inicio del concierto, fue absorbida por un cósmico agujero de soledad llamado Poema Arcanvs. La banda, tan potente como enigmática, nos condujo por los pasajes más ínfimos y solitarios del cosmos en un viaje astral por la inmensidad de «Stardust Solitude», siendo la inicial su homónima para pronto tumbarnos con «Orphans». La perpetuidad sonora persiste a merced de las distorsiones y el protagonismo del bajo en «Haven».
«The Lighthouse Keeper» posee una fugaz, pero fracturadora potencia en su introducción que doblega por un instante la pesadumbre con la profundidad de los guturales al mismo tiempo que con la potencia de las percusiones. Desde el luminoso faro verduzco apuntamos hacia un profundo océano estelar hasta las mismas entrañas del universo y la existencia con «Straits of Devotion».

La fuga de nuestra mente se va de paseo entre la comprensión de la plana voz (excelente para este subgénero del Metal) y el serpenteante sólo de guitarrista en Pilgrim».
El público ardía en su vociferante ánimo, como estrellas que brillan por sí mismas y juntas en este basto y negro concierto. Y desde este punto tan brillante en el cosmos musical nos encontramos flagrantes en el tema «Kingdom of Ruins», en la decadencia orquestada de este o cualquier mundo en continuidad de acción.
La persistencia es una cualidad y, en virtud de ello, nos despedimos con un mensaje algo menos desolador con «Brave». Finalizando este dorado y grisáceo repertorio, nuestra querida sinfonía de la planitud emocional se repliega unos instantes del escenario para alistar este segundo espectáculo en vivo. ¡SÍ, como oyeron! Este show enmarca un lanzamiento, pero también la celebración de más de 30 años de historia.


Saciada el descanso llegan los músicos como una avalancha al escenario. La música de esta banda pionera de Doom Metal en Chile «ya no quiere esperar», no sólo contó con su sonido de grabes sino que impactó con un espectáculo de la más alta calidad al interpretar sus más grandes éxitos como: «The Crawling Mirrors», «Fading», «Absinthe», «Winds of July», «Inquilinos», «Iconoclast», «Female Poison», «Buried Love» y algunos clásicos que los dejaremos al misterio de futuros conciertos.
Siempre destacamos sólo lo musical, lo instrumental y vocal, porque es lo que habitualmente muestran las bandas. Pero he de elogiar a todo ese viaje por representaciones astrales y celestiales que cobraron tanta fuerza como protagonismo en el escenario. Sin duda vimos las animación de los afiches y de la temática conceptual pictórica de todo el disco, siendo tan protagónico como la banda misma, un dueto representativo que tuvo voz y vida propia, como sí se tratara de un co-protagonista en este estelar nocturno de sábado.

Gracias por superar lo virtual y trascender juntos a lo físico, nuestras emociones se componen al unísono, pronto estaremos juntos en otro concierto, Zumbido.cl





















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