Perrosky: Noche de perros combatiendo el frío

En el marco de la celebración del aniversario (insertar número) del Bar de René, Perrosky (en formato dúo) regaló un show íntimo, festivo y cercano a su público.

Una atmósfera emotiva se respiraba en el escenario acústico del local, lugar perfecto para conectarse de forma inmediata con l@s presentes con palabras alegres, bromas y una descarga musical explosiva que no dejó indiferente a nadie.

Como buenos invitados a una fiesta, Los Perrosky desplegaron un set demoledor y efectivo que demuestra la compenetración y simbiosis sónica de los hermanos Gómez.

El estrepitoso sonido veloz y electrizante fue el motor que inició el baile entrelazado del  eufórico público. En una noche de frío en las calles, el rock & roll se tomó el bar de René y encendió el local, inyectando tanto ritmo infernal que despegó de la silla a todos los asistentes, envolviéndol@s en un trance lleno de ritmo, electricidad, blues y swing.

Los Perrosky, dos vaqueros incansables combatiendo la apatía y regalando ráfagas de música directo a la vena. De frente, mirando a los ojos.

¡Larga vida al rock and roll de acá!

Binzatina: Bajo las luces funestas

Luego de al salida del Rock & Blues que se había tomado el bar, recorrían los pasillos sobras teatrales que vestían a los asistentes, cerniendo la multitud, todas convergían a un punto de encuentro: el viejo y clásico escenario de René. Sin hacerse esperar y bajo una escenografía Electro Dark entraba en escena la banda Binzatina . Elegantes, vestían, como una “naranja mecánica”, comenzaron a hacer esa música nostálgica y olvidada de aquellos años 90’. El trío musical se erigía frente a la multitudinaria asistencia.

El contexto tan sombrío como los músicos y asistentes comenzó a sonar. Una a una llegaban las sombras, todas apostadas como grandes pilares devotos a la rítmica y curiosa obscuridad.

Resultaba interesante sentir esa vibra apesadumbrada y melodiosa, guitarra, sintetizadores y voz -aquella cadente voz- susurrante y dentellada melodía que extraía las más profundas y sombrías emociones. 5 soportes rojizos Neo-decoraban el pentagrama de posibilidades.

La banda desprende un efecto deslumbrante y tranquilizador para llevar a la audiencia por un viaje de oscuridad y luminosidad al mismo tiempo, la paradoja perfecta de versatilidad. La cantante y rostro de la banda, Lya Godoy, gesticulaba así como transmitía a través de su movimiento corporal una “atmósfera del susurro” las luces telescópicas iban y venían destellando al son del tempo. Genuinamente nos encontramos frente a un espectáculo de calibre profesional, de tanta entrega que podría estar hecho para uno o mil asistentes.

La destreza de todos: su increíble manejo de la voz, y las aportaciones de los sonidos gemelos de sintetizador y cuerdas estremecían cada penumbra del Bar de René y hacían que tu cerebro se sumergiera en luna inevitable y seductora penumbra de sensaciones y deleite musical.

Aquí lo visual y lo teatral importaban al momento de conjugarse, trayendo como resultado una colosal puesta en escena.

¡¡Larga vida al Bar de René!!


Zumbido.cl

0 Comments

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *