
Texto por: Hugo Hinojosa
La aparición de Opeth en la escena musical del Metal a fines de los noventas fue una brisa de aire fresco, al mostrar una propuesta que, aunque demostraba explícitamente sus influencias, invitaba a una mirada renovada a los sonidos más extremos, mezclando pasajes intensos y guturales, con otros más acústicos y de voces limpias, convirtiéndolo en una marca de la casa. A continuación, podremos conocer de su trayectoria de más de 30 años y 13 discos, a través de cinco canciones que nos ayudarán a comprender mejor su evolución como banda.
01. Demon of the fall
Luego de dos álbumes producidos por Dan Swanö, el tercer álbum «My arms, your hearse» (1998) viene a delinear de mejor forma el camino del conjunto. Grabado en el icónico Studio Fredman, bajo la tutela de Fredrik Nordström, también marca la entrada de Martín López en batería y Martín Méndez en bajo (aunque no grabaría hasta el siguiente disco), dando forma a su etapa «clásica». Concebido de manera temática de forma integral, se convertirá en su primer álbum conceptual, el cual gira en torno a una trágica historia de amor más allá de la muerte. En «Demon of the fall», su protagonista acosa fantasmalmente a su esposa viuda, pero esta acción termina provocando que ella tema y huya, enfatizando el dolor que él siente al no poder tenerla de forma física. Para ello, la canción rompe con la estructura clásica de estrofa/puente/coro, para entregarnos secciones específicas que se van engarzando unas a otras. De tal modo, logra transitar por pasajes iniciales violentos, que son matizados por limitadas inclusiones acústicas, que a momentos incluso coquetean con el jazz. El drama se acrecienta, pasando de la furia de los guturales y el doble pedal a la voz limpia de Mikael Åkerfeldt, líder y principal compositor de la banda, quien reiterará el «Run away” de la letra, para luego concluir de manera calma y conectar de manera impecable con la balada «Credence». Al parecer, los metaleros tienen su corazón, aunque sea explorado desde una estética oscura y lúgubre.
02. Bleak
Con un ritmo constante de grabaciones, sale a la luz «Blackwater Park» (2001), el que es considerado el álbum de la consagración absoluta de Opeth, logrando un éxito masivo tanto de crítica, como de recibimiento del público. Ahora bajo sello Music for nations/Koch, sigue la colaboración con Studio Fredman, pero esta vez el ingrediente especial será la producción de Steven Wilson, cerebro tras Porcupine tree, quien añadirá nuevas capas a la mezcla. Con un enfoque que dialoga más con el Rock Progresivo, logra conciliar de manera fluida la violencia del Death metal, con un abordaje melódico que logra acentuar de mejor forma los momentos acústicos y limpios -lo que se verá profundizado posteriormente en «Damnation» (2003)-, en lo que vino a alienar a algunos de sus fans más extremos de la primera etapa, pero que abrió la banda a una audiencia más amplia y heterogénea. «Bleak» es un buen ejemplo de lo que álbum esperaba entregar. Con una duración ya de nueve minutos, este segundo tema comienza con un midtempo enérgico, lleno de capas de guitarras (acústicas, eléctricas, e incluso un e-bow) que luego mantendrá su intensidad, integrando guturales profundos en su primera estrofa. Notoria es la inclusión de riffs más progresivos en su parte intermedia, así como la aparición de Wilson quien se irá alternando con Åkerfeldt en uno de los momentos más intensos e icónicos de la canción, para dar paso a una emotiva sección acústica que dará pie a la entrada del solo de guitarra. Ya al concluir se regresará a la inclusión de la voz de Wilson, para luego cerrar de manera intensa y distorsionada, en un tema que ya es emblema y será inclusión obligatoria en muchos de los setlist de la banda.
03. Reverie/Harlequin forest
«Ghost reveries» (2005) es un nuevo disco bisagra en la trayectoria de los suecos, abrazando una producción y sonidos más modernos. Ahora se encontrarán bajo la producción del reconocido Jens Bogren, y el álbum será grabado en su famoso estudio Fascination Street. Por otro lado, el rumbo que comenzaría a tomar la banda llevará a la salida posterior del emblemático Peter Lindgren, quien estuvo desde el primer álbum tras la primera guitarra, como también de Martin Lopez. Pero también será la entrada del tecladista Per Wiberg, quien añadirá nuevas capas sonoras al estilo de la agrupación. Buena demostración de esto es «Reverie/Harlequin forest», extenso tema de más de once minutos de duración. En él podremos constatar la inclusión de elementos característicos, como la estructura atípica para una canción, llena de diversas secciones, manifestada en riffs intrincados y cambios constantes. Pero también veremos una presencia más marcada de la voz limpia de Åkerfeldt, así como la inclusión de atmósferas cortesía de los sonidos de mellotrones y moogs en varias partes del tema. Como toda la discografía de la banda, es un tema oscuro, tanto musical como líricamente, lidiando con temas como la muerte, el odio y el dolor, pero que es decorado por una instrumentación cuidada, sobre todo en los pasajes acústicos, que logran convertir a lo sombrío en algo hermoso. Sin embargo, su final será denso y disonante, en un ritmo que se reiterará constantemente, mientras va siendo acompañado por ruidos ambiguos, para concluir de manera abrupta. Un verdadero viaje en un bosque negro.
04. Häxprocess
El décimo álbum del grupo «Heritage» (2011) será un momento decisivo, ya que, en cierto modo, implicará una apuesta de todo o nada. Con una formación relativamente renovada, ahora estará la presencia de Fredrik Åkesson en guitarra y Martin Axenrot en batería, quienes ya se habían integrado en su disco previo. Esta vez la grabación será en Atlantis/Metronome Studios en Suecia, y la producción correrá a cargo del propio Åkerfeldt, pero lo importante está en lo que este nuevo esfuerzo propone. Atrás quedarán (en lo que a estas alturas parece definitivo) el Death Metal, los blast beat y los guturales de antaño, para darle espacio a una riesgosa propuesta que ahora dialoga de manera abierta con el Rock de los años setenta (en variadas vertientes), en una etapa que alejará definitivamente a muchos/as de sus primeros seguidores, pero que atraerá por partes iguales a nuevas audiencias. «Häxprocess» será una excelente muestra de lo que será el inicio de este nuevo Opeth. Es una canción de mediana extensión, pero compleja en todas sus formas, incluso en su críptica lírica. Su inicio transmitirá incertidumbre a través de un juego de guitarras limpias disonantes y una rítmica extraña. Luego habrá espacio para momentos que transitan entre un Folk oscuro y toques progresivos, de la mano de teclados que crearán atmósferas melancólicas y nostálgicas junto a secciones acústicas reposadas, que incluso darán espacio para el silencio. Curiosamente, ningún momento se parecerá a otro, como si fueran pequeños retazos unidos de manera inconsciente, pero que como un todo hacen sentido. Una pequeña joya, así como un modelo de lo que se vendrá: un presente que busca el futuro mirando al pasado.
05. Universal truth / Ingen sanning är allas
Su treceavo álbum muestra la consolidación de esta última etapa evolutiva de Opeth, demostrando que la jugada fue bien realizada. Registrado en Park Studios y con Mikael Åkerfeldt, Stefan Boman, Dave Stewart y la propia banda oficiando como productores, «In cauda venenum» (2019) se presenta como un disco variado y arriesgado, pero coherente con el camino que la agrupación ha estado llevando, y que incluso se permite el ser grabado en dos idiomas (inglés y sueco), dándole nuevos coloridos. «Universal truth» es un tema épico en sus aspiraciones, pero más convencional en su estructura, incorporando motivos que se reiteran a lo largo de la canción (en un recurso poco habitual en su larga trayectoria), manteniendo esa aura melancólica habitual que transmiten sus discos. Del mismo modo, no puede faltar la inclusión constante de guitarras y momentos acústicos, pero la novedad se manifiesta en la entrada de arreglos de cuerdas que acompañan desde del inicio, y que crecerán ya hacia la mitad de la canción, luego de una breve sección de guitarras limpias. También es interesante como se pueden reconocer más capas y armonías de voces, demostrando que se están explorando nuevas posibilidades no probadas anteriormente, aprovechando de mejor forma el desarrollo vocal que ha venido consolidando Åkerfeldt. Justamente, el final del tema será un fade out donde su voz se perderá etéreamente, mientras una guitarra limpia irá reiterando una misteriosa melodía hasta desaparecer en el silencio. Les recomendamos la versión sueca.
No te pierdas a Opeth en este regreso luego de una pausa concreta por la pandemia, con dos fechas: el 10 y 11 de febrero, siendo este último completamente agotado, mientras que el primero quedan entradas disponibles en Puntoticket. Evento producido por Stgo Fusión.

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