
Por: Lucas Araya
Álvaro, Titae, Pancho y Ángel, la formación más emblemática y crucial, el cuarteto que cambió las reglas del juego hace más de treinta años. A partir de su irrupción en la escena hubo un antes y después en la música popular, tanto por su ejecución y composiciones eternas como para la audiencia que pudo abrir sus oídos a un universo inmenso donde las potentes guitarras eléctricas convivían con melodías delicadas y arreglos complejos, además de una batería imaginativa y precisa, todo afirmando un mundo lírico hermético y abierto a una galaxia de posibilidades en las metáforas transformadas en estribillos pegadizos y brillantes.
De hacerse se va a hacer. Ya lo decían en su momento. Hoy, 23 años después de la última vez que tocaron juntos, estos cuatro amigos y maestros se reunen para dar rienda suelta a sus talentos y reencuentro con quienes esperaron este momentos por más de dos décadas y para las nuevas generaciones que pudieron ver a Los Tres en diversas formaciones, pero que soñaban con escuchar el sonido maravilloso logrado por los cuatro originales. Hoy llegó el momento más esperado. Un secreto a voces, un anuncio crítico, señales en redes sociales y una explosión en los medios.
Abril de 2024 es la fecha para los conciertos masivos frente a su ferviente y expectante público. Una fecha en Concepción y tres en Santiago (dos de esos shows ya están agotados y con entradas disponibles para su tercera fecha este 30 de abril. Apúrense), todo anticipado por un show gratuito en la Plaza Independencia de Concepción, con una recepción masiva y espectacular en la ciudad donde todo nació.
Personalmente, Los Tres significan una posibilidad inmensa de descubrir sonidos tan profundos como el jazz más alto hasta la raíz más urbana del folklore, además de un contenido lírico capaz de invitar a cuestionarse la realidad y la torcida historia local, en un contexto social político adormecido en la fiebre de la primavera democrática de una transición tramposa. Desperdicio en las almas, olor a gas en cada acuerdo y pájaros de fuego quemándolo todo mientras maldecimos por primera vez con una conciencia rockera total.
Cinco álbumes de estudio y varias joyas en su discografía conforman una paleta de colores y sonoridades capaces de traspasar cualquier límite existente e impuesto para su época. Desde distorsionar los amplificadores para transmitir lo más podrido del ser humano hasta jugar con cuerdas y arreglos luminosos acompañando letras lúgubres que hablan de muerte y de sed.
Aquí les dejamos cinco canciones clave en su repertorio:
- Flores secas: un profundo contrabajo viene desde la distancia, rompiendo el silencio y haciendo camino para una voz que habla de soledad, desolación e imágenes de “un martes de horror”. Una explosiòn jazzística con la potencia de una banda de rock con hambre y ansias tremendas que romperlo todo, abrir los ojos y poner la memoria sobre la mesa y en los parlantes. Todo el primer disco de Los Tres trae esa carga poética y de denuncia. Una generación completa despertaba a los años noventa en un ambiente extraño, donde dar vuelta la página era la consigna. Los Tres aterrizaron con la palabra justa y el sonido preciso.
- Gato por liebre: para el segundo disco, la banda recrudeció su sonido, expresando así la amargura de experimentar los altos y bajos de la industria, enfrentados a una transición vigilada y amenazada por la figura dictatorial. El engaño, el pisco en exceso, la resaca y la conciencia de ver que nada es lo que parece. Imposible no encontrarla en las radios todo ese año.
- Tu cariño se me va: un puente preciso entre generaciones y una forma de homenajear en vida a quienes cimentaron el sonido de la música popular chilena. Presentado a Buddy Richard a una nueva generación para unirla a la de sus madres, padres, abuelas y abuelos. Una nueva ola de intensidad llegó con el tercer disco de Los Tres, el cual tenía todo un universo sonoro intenso oculto ahí dentro.
- Me arrendé: un momento de soledad y sinceridad en la voz de Álvaro. Una bella melodía para una retrospectiva al dolor de una vida en desamor que va y viene. Lo que duele siempre vuelve y se transforma en belleza dentro de un disco tremendo (quizás el mejor), imaginativo y denso.
- La sangre el el cuerpo: un relato sangriento y brutal sobre un swing cuequero seguido de una cadencia espesa que se expande y mancha todo para cerrar el último disco de la formación más emblemática de la banda, anunciando un fin que nadie quería, una bofetada que fue dura de borrar.
Ahora que están de vuelta, es un deber volver a sumergirse en su discografía y encantarse, sorprenderse y descubrir nuevos detalles, porque la música de Los Tres permite eso: maravillarse cada vez que escuchamos sus canciones.
No se duerman ni les fallen. Tercera fecha en Movistar Arena y pueden encontrar entradas para la Revuelta en PuntoTicket






















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