
Texto por: Ricardo Arredondo
“Que 20 años no es nada” decía Gardel, y a pesar que cuando pequeños quizás nos parecía algo exagerada la frase, con el tiempo comienza a tomar mucho más sentido y resuena cada vez más en nuestra cabeza.
Fue hace 21 años que escuchábamos de una exitosa canción que sonaba en todo Inglaterra y que llegó por las radios hasta nuestros oídos. «Everybody’s Changing» fue un exitazo y caló hondo en toda una generación. Un single que sería la puerta de entrada para el disco que salió el año 2004 y que lo cambió todo: «Hopes and Fears».
Un álbum que expele emotividad a través de tracks en donde el piano es el elemento principal junto a la dulce voz de Tom Chaplin que se transformó en un sello. Un disco de rock pop de gran factura y hecho con mucha clase que nos dejó canciones que trascendieron los años -además del single anterior- como «Somewhere Only We Know», «Bend and Break», «This Is The Last Time» o «Bedshaped».
Desde ese lanzamiento la historia de la banda cambió y se convirtió en un suceso a nivel internacional y con un gran arraigo en tierras británicas donde frecuentaron las listas de éxitos radiales y canciones más escuchadas con cada lanzamiento durante toda su historia.
Con Chile también han escrito sus propios capítulos. Visitas en solitario, en festivales y en diversos recintos. Pero algo no cambia: su fanbase y la devoción que provocan sus presentaciones en vivo, donde se respira una magia especial. Cantar en un coro multitudinario canciones que marcaron tu vida no es algo que suceda todos los días, y menos si esas canciones envejecieron increíblemente bien y se mantienen vigentes no sólo en su sonido, sino que pareciera que con el correr de los años su significado te llega de forma cada vez más profunda. Parece que finalmente todo tiene mucho más sentido del que creíamos, y tener la posibilidad de vivir esas canciones en comunidad y en tiempo real es una verdadera necesidad de vida y una oportunidad de sanación ritual. La adultez te hace ver todo desde una perspectiva diferente.
La música sana. Es capaz de curar el alma. Las melodías pueden liberarte del dolor y cantar a todo pulmón con una multitud crea una conexión que ayuda a liberarte de pesadas cargas que llevamos a nuestras espaldas, aunque sea por un instante. Y eso es exactamente lo que viviremos el próximo 19 de noviembre en el Movistar Arena, cuando cantemos el «Hopes and Fears» de principio a fin tomados de la mano de Keane.
El show está completamente agotado y tendrá a los nacionales Solar como banda soporte. Produce DG Medios.





















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