
Texto por Pablo Castillo
Fotografías por Joselyn Heyden
Lo mejor de dos mundos, dos países que se odian en la cancha, en la política y en internet, pero cuando chocan en el mundo de la música florecen las mejores expresiones artísticas entre la cordillera. Juliana Gattas que ya le pesa la espalda de cargar con tantos éxitos en su carrera y Alex Anwandter quién es un ídolo musical por su larga trayectoria. Ambos como los máximos referentes de la música pop durante este siglo en su respectivo país, ambos sobre el escenario de la Blondie dejando huella en una de las noches más fervientes del año.

Juliana, sinónimo de diva, dándole color a la noche con su piel de leopardo y sus lentes de sol que reflejaban las luces en el público como un espejo. Parada sobre el escenario de la Blondie con solo una meta, bailar, debutando su proyecto solista en nuestro país con los éxitos de su también disco debut Maquillada en la cama (2024), llena de canciones para mover las caderas al sonido del synthpop y mostrar esta nueva faceta de reina insuperable con Taxi en el Infierno o Lejos del Fuego, y algunas para llorar como Emocionalmente tuya para también recordar que ella es solo una chica.

Un set enérgico y sin duda memorable, sin la necesidad de recurrir a la nostalgia y tocar un cover de Miranda para salvar el show, demostrando que Juliana Gattas no es solo una fracción del total sino que es una mujer empoderada con una amplia visión artística, dotes de baile sorprendentes, una genia para la performance y además, bonita. Es histórico verla a ella sola sobre un escenario por primera vez en nuestro país, y qué mejor que haciéndonos bailar hasta que nos duelan los pies con Maquillada en la cama y Borracha en un baño ajeno dando cierre al primer tramo de la noche.

Dejando la vara altísima con ese debut, Alex Anwandter pisa fuerte el escenario, subiendo los bpm a su música y así hacernos latir el corazón aún más fuerte, maquillado como un payaso triste listo para dar una noche inolvidable. Porque los show de Alex no son una simple presentación, son una fiesta, convierte a todos los asistentes en discípulos a su favor bailando al ritmo de la música e hipnotizados por los pasos de baile tan únicos de nuestro divo. Siendo la Blondie el mejor lugar para ver un show de él, un bunker donde todos nuestros prejuicios desaparecen y podemos ser libres por cuanto dure el concierto, siendo este un repaso de toda su discografía pegando justo en el clavo con los mejores éxitos para bailar.

Gaucho, Precipicio y Unx de nosotrxs representando su nueva etapa musical y Siempre es viernes en mi corazón donde se subió Juli para acompañarlo con los coros y así poder coronar una noche perfecta. Y si no bastaba con todo lo que digo, Alex en contrario a la diva si opto por la nostalgia, sorprendiendo a todos no solo con Bailar y llorar de su ex-banda Teleradio Donoso, sino que interpretando Casa Latina de Odisea, disfrutandola de inicio a fin y dejando al público incompleta euforia por la sorpresa. La Blondie cerraba las puertas de esta noche con el sonido de ¿Cómo puedes vivir contigo mismo?, Perdido y con broche de oro para el final Amar en el campo.

Lo nuevo y lo viejo, Juliana Gattas paralizando a su fanaticada con la magia de su nuevo proyecto, con la mezcla perfecta de dance-pop y de carácter empoderada para forjar la nueva faceta de la artista, y Alex quien dedicó este concierto a ese público que lo lleva amando décadas, tocando y sorprendiendo con ese tema que siempre pides pero que nunca llega al setlist. Solo nos queda a veces bailar y admirar a este par, ambos como una de las figuras más importantes de la música pop latinoamericana y conquistando la Blondie como el divo y la diva que son.
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