Texto por: Hugo Hinojosa
Fotografías: Spider Prod
2018 fue el debut de Haken en Chile y las expectativas eran altas, considerando que ya han editado dos discos más a la fecha sin haberse presentado en el país, producto del extenso período pandémico, mientras la fama de la banda ha ido creciendo, así que se esperaba una gran jornada para las y los fanáticos del Metal Progresivo.
Sin demoras, el show inició con puntualidad a las 19:00 hrs. con la apertura de Hidalgo, banda del guitarrista chileno Gabriel Hidalgo, el cual ya se ha consolidado como uno de los guitarristas más sólidos de la escena Rock y Metal nacional, quien desplegó su presentación mientras de a poco se iban copando las diversas ubicaciones del Teatro Coliseo. Su set, centrado en las composiciones instrumentales, tiene la cualidad de construirse en base a temas que no explotan necesariamente el virtuosismo excesivo en las seis cuerdas (del cual tampoco rehúyen en los momentos precisos), sino que buscan el desarrollo de sus canciones, con lo cual pueden mantener atenta a su audiencia.
Por otro lado, como es habitual ya, destaca la voz de Angeline Bernine, guitarrista de la agrupación, y que añade una capa más al sonido del conjunto. El set fue acotado (solo media hora), pero sonando muy fuerte y sin perder definición en su totalidad, demostrando la calidad habitual de su propuesta, logrando una cálida respuesta de la audiencia gracias a cortes como «Garuda» o «Lancuyen».
Luego de una breve pausa, comenzó el espectáculo de los trasandinos Presto Vivace, que lograron una conexión inmediata con el público. En gran parte esto fue gracias a la potente presencia escénica de Brunella Bolocco, la más reciente integrante de la banda (recién se incorporó el 2022), quien desplegó desde el inicio su amplio rango vocal, que incluyó guturales en ciertas secciones. Además de esto, la banda se mostró sólida en cada uno de sus componentes, con un inquieto y enérgico Martin de Pas en batería, mientras el tándem a cargo de las cuerdas, Marcelo y Luciano Pérez Schneider (padre e hijo, bajo y guitarra respectivamente), se mostraron constantemente conectados y demostrando una técnica sobresaliente, pero nunca mostrándose fríos, sobre todo Marcelo, siempre alegre y bromeando con los y las asistentes. Esto quedó en evidencia a medida que avanzaba su set, donde fue mejorando el sonido y pudo apreciarse con mayor claridad la complejidad de sus composiciones, que requieren de pulcritud no solo en la interpretación, sino en la llegada hacia el público.
No está demás decir que su particular estilo fue del gusto del oyente más duro del Metal Progresivo, al combinar complejos cambios rítmicos, alta proficiencia instrumental, además de una poderosa y melódica voz, en un cóctel que es una delicia para fans del sonido más noventero de bandas como Dream Theater, Dali’s dilemma, u otras más técnicas como Spiral Architect. La despedida fue con «Solo por hoy», en donde además aprovecharon de agradecer a todo el equipo que apoyó su espectáculo, y con un público que, a pesar de la brevedad de su presentación, terminó completamente entregado y gratamente impresionado por lo visto (de hecho, mientras iban desarmando sus equipos, volvían constantemente a saludar y grabar al público, quien les aplaudía y celebraba con cada regreso).
Y ya llegaba el plato fuerte de la noche. Con puntualidad inglesa, a las nueve salió a escena Haken, con un Teatro Coliseo ya con su Platea y Cancha repleta y un público totalmente ansioso. El inicio fue poderoso con «Taurus», incentivado por una asistencia enérgica que comenzó a saltar desde el minuto uno, sin importarle la complejidad de los ritmos. El arranque se mantuvo arriba con el clásico «In memoriam», de «The mountain» (2013) para luego continuar con «Sempiternal beings», también de su reciente «Fauna» de este año.
Luego vendría la primera interacción de Ross Jennings, enfatizando el tiempo que había pasado y agradeciendo a la gran asistencia, para abrir uno de los favoritos de los fans, la monumental «The Cockroach king». Sin pausas ni respiros para el público, arremetió el poderoso y complejo inicio de «The Architect», donde Jennings hizo olvidar los guturales de Einar Solberg en su versión de estudio.
Luego de su conclusión, vino una nueva intervención con las clásicas alabanzas de ocasión, destacando al público chileno como el mejor de Sudamérica, e indicando que no les han decepcionado esta vez. Como una «muestra» de amor dio inicio «Lovebite», uno de los singles lanzados para «Fauna», para dar paso después a «Prosthetic», uno de los temas más pesados de la trayectoria de la banda, y luego continuar con la incursión en «Virus» (2020) con «Invasion». A estas alturas, la asistencia ya estaba más que entregada y solo restaba un ruidoso “Olé olé”, que fue una excelente apertura para un nuevo repaso de «The Mountain» con «Pareidolia».
El show prosiguió con un nuevo repaso a su nuevo disco con uno de sus mejores tracks, la extensa «Elephants never forget», que luego sirvió como antesala para la épica y “circense” «Celestial elixir», de su primer disco, la que fue presentada como el último tema de la noche. La salida de la banda fue acompañada de los gritos habituales del público para exigir el regreso, el que no demoró mucho. La breve pausa fue interrumpida por una misteriosa intro que los devolvió para interpretar la también extensa «Messiah complex», que de su sección Intermedia hacia adelante fue literalmente devastadora, llevando al público a ocupar sus últimas energías, terminando el show por todo alto. Queda la promesa de un pronto regreso, pero lo visto anoche en Teatro Coliseo confirma el excelente momento de Haken, ya convertidas en unas verdaderas bestias de la fauna del Rock y Metal Progresivo.
Setlist:
01. Taurus
02. In Memoriam
03. Sempiternal Beings
04. Cockroach King
05. The Architect
06. Lovebite
07. Prosthetic
08 Invasion
09. Pareidolia
10. Elephants Never Forget
11.Celestial Elixir
-Encore-
12. Messiah Complex I-V
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