
Texto por Franco Zurita
La cuenta regresiva ha comenzado. El 30 de agosto, el Parque Estadio Nacional abrirá sus puertas para recibir a una leyenda viva del punk rock y su llegada a nuestro país no es solo parte de una nueva gira por la región; es un hecho que reafirma el profundo vínculo que la banda ha forjado con sus fans en este lado del continente y su profundo impacto a lo largo de más de tres décadas.

Nacidos en Gilman Street, reconocido bar de California por ser sede del nacimiento de bandas como Operation Ivy, The Offspring o AFI, Green Day emergió para dar voz a toda una generación. Pero no fue hasta el año 1994, con el lanzamiento de “Dookie”, que la banda lograría el reconocimiento mundial, en donde no sólo vendieron millones de copias alrededor del mundo, sino que inyectaron una dosis de energía fresca y honestidad al rock de catálogo, capturando la esencia de la angustia adolescente y el descontento social con una maestría inigualable. Este éxito repentino de la banda, los llevaron a vivir un momentos eclipsantes en sus vidas con el lanzamiento de sus trabajos posteriores: “Insomniac”, “Nimrod” y “Warning” con los cuales, si bien, cosecharon nuevos logros, nunca llegaron al lugar que sólo “Dookie” les supo posicionar. Sin embargo, años más tarde y con los pies puestos en el nuevo milenio llegaría otra gran obra de la banda, el gran «American Idiot». El año 2004 y en contra de aquellos quienes creían que el talento y creatividad de Billie, Mike y Tré se había desvanecido, llegaría esta obra fundamental de Green Day. Un disco que catapultó al trío hacía nuevos horizontes con un relato conceptual que en su génesis, es una crítica mordaz al panorama político y social de su tiempo y que le otorgó un nuevo renacer, volviendo al trono conquistado a mediados de los 90’s manteniéndose vivos y más vigentes que nunca.

Pero el impacto o trascendencia de Green Day no se mide en discos vendidos, sino en la capacidad de traducir aquellos conflictos emocionales y sociales de diversas generaciones, en cancioneros de ironía, fragilidad y rebeldía marcando un antes y un después en la escena punk comercial. En Latinoamérica, el panorama no fue distinto. En un terreno cargado por la desigualdad, la efervescencia social y una juventud hambrienta de expresión, con la masividad que sostuvo la escena a mediado de los 90’s, Green Day fue la puerta de entrada a la contracultura y a la estética punk de aquellos años, haciendo propios los himnos de frustración, rebeldía y aburrimiento del trío californiano. Por eso la importancia de la visita de la banda a nuestro país. Porque, aunque esos jóvenes rebeldes son ahora adultos (Dis)funcionales, la rebeldía es algo que no se desvanece ni transa con el tiempo. Y alimentado por la chispa funcional de Green Day, hacen de esta ocasión, un hecho imperdible.
Este 30 de agosto en el Parque Estadio Nacional será una noche cargada de nostalgia, actitud y punk rock de la mano de Billie Joe, Mike Dirnt y Tré Cool. Más que un concierto, será una reafirmación del legado de Green Day y de su continuo poder para conmover, inspirar y sacudir nuestras cabezas.
Entradas por Ticketmaster





















0 Comments