Texto por: Lucas Araya

La banda californiana aterriza este 19 y 21 de noviembre para presentarse en el Movistar Arena con su formación más exitosa y, tal vez, emblemática, la cual cuenta con Flea, Anthony Kiedis, Chad Smith y John Frusciante (de vuelta en casa una vez más). En la parte final de estos especiales, te mostramos un resumen de la carrera del grupo con esta clásica alineación desde sus influencias, cambios drásticos y lo que se prepara para su próxima visita.

Este reencuentro entre los miembros de la banda también representa una vuelta al sonido Funkero-hipnótico-Punk-mántrico-sicodélico-sónico que hizo estallar los charts a principios de los 90 con su ya clásico álbum «Blood Sugar Sex Magik» (1991) , donde las influencias rítmicas de Parliament, Funkadelic, James Brown y Jimi Hendrix co-existían con la furia de The Stooges, The Ramones, Black Flag y la experimentación de Frank Zappa. Una mezcla explosiva que rápidamente se esparció por las ondas sonoras y las pantallas de los canales y programas musicales en la televisión alrededor de todo el mundo (occidental).

Si bien, la banda ya venía rompiendo esquemas y haciendo ruido desde mediados de los años 80, no fue hasta que encontraron la fórmula exacta en su pócima sonora y una excelente producción de Rick Rubin, enfocada en lograr captar esa magia que estos cuatro monstruos del groove alcanzaban cuando estaban conectados a tope en una sala de ensayo, un estudio de grabación y, sobre todo, sobre un escenario.

Bastó que los singles llegaron a la radio y la tv y una extensa gira para que la sonoridad abrasiva de los Red Hot Chili Peppers llegase a las masas y se convirtiesen en una de las bandas más escuchadas y expuestas en plena ola de Rock Alternativo que el inicio de esa década traía. Conviviendo (y muchas veces superando en éxito comercial) con Pearl Jam, Nirvana o Smashing Pumpkins, alcanzaron un éxito mundial tan excitante como abrumador, lo cual generó problemas dentro del grupo, afectado especialmente a John Fruscitante, quien comenzaba un camino errático, consumiendo drogas que fueron deteriorando su salud física y mental, haciendo que su comportamiento sobre los escenarios pareciera una forma de sabotaje contra la banda y su suceso (basta ver su presentación en Saturday Night Live). Finalmente, el guitarrista abandonó el grupo en plena gira en 1992 para iniciar una búsqueda que lo mantendría alejado de la banda y los socios con quien compartió horas de música, sudor, risas y lágrimas.

Su reemplazo sería Dave Navarro de Jane’s Addiction, quien le entregó un sonido más crudo y directo al grupo, alcanzando niveles de popularidad tan altos como con su formación anterior y «One hot Minute» (1995) con sus singles archi reproducidos en radio y televisión. Solo basta con tomar como ejemplo «Coffee Shop», «My friends» o «Aeroplane»  (con un sonido mucho más radial, quizás, pero igual de experimental y certero en vivo). Sin embargo, las cosas estaban lejos de estar bien para los Chili Peppers.

Abuso de sustancias, problemas internos y diferencias creativas y artísticas llevaron a que la banda cayera en un bajón y un silencio que casi sepulta el vuelo meteórico de los maestros del groove hardcore. El alejamiento de Navarro, el apagón de la banda y un ambiente intoxicado emocionalmente (y en sustancias) llevó a que Kiedis se acercarse a la única persona capaz de revivir esa llama que alguna vez hizo que todo estuviese en llamas: John Frusciante.

Luego de coqueteos, llamadas, conversaciones, ofertas y sueños, el guitarrista accedió a reunirse con sus compañeros, esta vez, para flotar aún más alto en la ola sónica que ellos mismos habían creado. El resultado: uno de los mejores retornos discográficos y de impacto cultural de la década. Su disco tremendo y multiventas «Californication» (1999). Una vez más con Rick Rubin en la producción y un sonido que fluctúa entre el salvajismo de «Around the world», la reflexión al venir de vuelta con «Scar tissue» y la solidez de una banda en el peak de su cocción con «Easily». Este trabajo superó toda expectativa y los ubicó en otro nivel en cuanto a industria y masividad.

Después de tal éxito, la ola solo fue creciendo. Discos, singles, giras, multitudes, nuevas generaciones y una leyenda que iba creciendo y editando maravillas como «By the way» (2002) o «Stadium Arcadium» (2006) -ambos deliciosos trabajos en lo sónico, compositivo y lo oreja de su sonido-. Sin embargo, sorpresivamente Frusciante decidió dejar la banda en 2009 e iniciar otra senda musical y espiritual, lo cual lo mantendría, una vez más, lejos de la banda y del centro del mundo.

La banda encontró un reemplazo en su recurrente colaborador Josh Klinghoffer, quien le entregó nuevas posibilidades sónicas y compositivas a la banda por casi 10 años. Si bien su incorporación le aseguró al grupo nuevos trabajos musicales que fueron «I’m with you» (2011) y «The Getaway» (2016) , más giras y constante exposición a nuevos públicos, el sonido y la magia ya no eran lo mismo. Se podía ver en vivo. Su visita en 2014 a Lollapalooza no dejó el mejor sabor de boca y se sentía que algo se estaba perdiendo, a pesar que en 2018 la vibra fue mejor valorada.

Luego, silencio… Nada nuevo. Ningún sonido que diera pistas de un rumbo a seguir. hasta que el tornado volvió a girar sobre su centro: en 2019 se anunciaba la vuelta de Frusciante a la banda para darle un nuevo aire a ese bromance creativo y personal de estos cuatro demoledores reyes del Funk blanco. Una vez más estaríamos frente a esa playa estruendosa, llena de mareas de olas altas para surfear entre riffs endemoniados, vocalizaciones pegajosas, líneas de bajo imaginativas y una bata que puede sostener toda esa tormenta hermosa que emerge de los Red Hot Chili Peppers.

Un adelanto en 2022 y la magia estaba de vuelta con el sencillo «Black summer». Dos discos («Unlimited Love» y «The Return of the Dream Canteen») en un año, potentes y frenéticas presentaciones en vivo lo confirmaban: el océano gigante picante y caliente sigue en movimiento. Esas mismas olas llegarán a Santiago para refrescarnos, envolvernos y llevarnos consigo en el Movistar Arena, con dos funciones completamente agotadas. Dos ocasiones más para disfrutar de esa máquina de hacer música hermosa desde la oscuridad y el amor, todo en su humanidad más descarnada y envolvente. Kiedis, Flea, Smith y Frusciante. Cuatro jinetes. Cuatro corazones. Cuatro tamales rojos picantes y ardiente. una vez más, con nosotr@s.

Domingo 19 y martes 21 de noviembre en Movistar Arena, con Irontom como artistas invitados. Produce DG Medios.


Zumbido.cl

0 Comments

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *