Nota por Gonzalo Díaz
Referirse al año 2001, es centrarse precisamente en un año movido en cuanto a lo noticioso y en este caso, en cuanto a los grandes lanzamientos realizados durante ese año, destacando discos que hasta el día de hoy siguen marcando la agenda, tales como «Lateralus» de Tool, el aplaudido «Toxicity» de System Of A Down, el «Iowa» de Slipknot o el homónimo de Gorillaz, todos ellos, con la característica comercial que hicieron que su difusión abarcara todo tipo de campos; desde emisoras radiales, hasta canales de música como lo era la gigante MTV previo a su decadencia, eso sí, sin dejar de mencionar a la difusión por internet que poco a poco tomaba fuerza.
A pesar de esta masividad, aparecía un disco que haciendo frente ante las adversidades del marketing y de la propia industria musical, se logró ganar un espacio entre la movida más radical del Hardcore y lograr llegar a oídos de oyentes que incluso eran ajenos a los sonidos más “core”. En este sentido, un 4 de septiembre del 2001, era publicado uno de los principales trabajos no solo de Converge, sino que además, uno de los discos fundamentales de la propia escena Hardcore, disco que vendría a ser referente de un sonido propio, cargado de brutalidad y tecnicismo, marcando parte amplia del llamado Mathcore, nos referimos en este caso a «Jane Doe», cuarto álbum de estudio de los estadounidenses Converge. Es verdad, la práctica por romper los cánones establecidos del Hardcore Punk siempre han existido, en este caso, la innovación del sonido y la mezcla de estilos, han sido patrones constantes a lo largo del desarrollo del Hardcore Punk, con bandas que han incursionado en una propuesta llamativa, con nombres que van desde Black Flag y una incursión en sonidos Sludge, pasando por bandas como Refused y una propuesta más Post Hardcore o bandas más ligadas al sonido de Converge como The Dillinger Escape Plan, All Pigs Must Die, o Full Of Hell, mostrando en ello, la existencia de agrupaciones capaces y dispuestos a experimentar para dejar una marca propia.
Pero ¿Qué hay en «Jane Doe» que logra dejar un sello y romper cierta barrera de sonido? En este caso, las miradas apuntan a la capacidad propia de la banda y su esquema matemático de composición, ejecutando notas que van entre lo original y lo complejo, en donde en un ensamble de riffs, acompañados por la tecnicidad en batería, hasta las propias voces de Jacob Bannon, llevan a un verdadero viaje sonoro de brutalidad, abarcando desde emociones representadas bajo guturales, como también, una sensibilidad expresada en melancólicos paisajes que logran dar cuenta de la propuesta expresada en «Jane Doe», es decir, un disco que logra demostrar una maduración por parte de la banda, como también lograr dejar una marca registrada al punto de hablar del sonido propio de Converge, el cual es reconocido incluso a más de veinte años desde su lanzamiento, proponiendo sonido, una marca estética a cargo del propio Bannon, como también la influencia en la producción del guitarrista Kurt Ballou.
Con temas que hoy son clásicos como «Concubine», «Fault And Facture» o «Thaw», Converge dio cuenta de lo que sería un quiebre en su propia carrera, lo cual los llevaría a dar el gran impulso en su trayectoria, del cual se puede decir que existe un antes y un después de «Jane Doe». Es verdad, el contexto socio político del año 2001, marcado principalmente por el ataque a las torres gemelas, hizo que las miradas se dirigieran hacia otros sectores, dejando relegados a la banda y a la propia industria musical, llevando que incluso factores como el hecho mencionado, influyeran en que el disco, tuviera una recepción sonora posterior a su lanzamiento.
De igual manera, hoy Converge y «Jane Doe», se transforman en un imprescindible que precisamente, se hará presente este 25 de abril en Sala Metrónomo, en donde la banda liderada por hará su esperado debut en escenarios locales. Las entradas se encuentran totalmente agotadas.
Produce: Monkey
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