
Texto por: Johanna Jara M.
C. Tangana, el Pucho, vuelve a Santiago este 29 de noviembre al Movistar Arena, después de su visita el pasado marzo en el marco del festival Fauna Otoño 2022. Luego de que fuera el plato fuerte del festival, esta vez regresa en solitario para presentarnos en extenso su gira «Sin cantar ni afinar Latam tour ‘22», que lo ha llevado por los mejores escenarios de nuestro continente. Tickets agotados para no perderse este espectáculo, uno de los más destacados de este año, que incluye una orquesta completa y más de 20 canciones en el setlist.

Sabíamos que esta versión extensa de «Sin cantar ni afinar tour» venía cargada de dramatismo y bohemia, pero no estábamos preparados para vivirlo. Son pasadas las 21:00 horas y la oscuridad nos indica que todo comienza, una pantalla gigante al centro nos hace sentir que el Movistar Arena es un cine y que la película que tanto esperamos comienza con la aparición de los músicos y coristas, cada quien con un rol que interpretar en esta obra dramática que podemos dividir en 3 actos, como los clásicos de la literatura. Vestido con un traje escocés, sudadera blanca, mocasines y lentes de sol, El Madrileño aparece desde un costado del escenario. Esta primera parte, que definiremos como Acto 1, comienza con «Still Rapping», la orquesta con una propuesta sinfónica que poco a poco se mezcla con los sonidos sucios de este trap. Este primer acto se caracteriza por los sonidos más urbanos y las letras más insinuantes de su repertorio, lo sentimos al escuchar «Comerte entera» y «Ateo», esta última en una sensual performance con una de sus coristas en la voz de Nathy Peluso. El escenario se enciende y el calor del recinto se empieza a sentir en los cuerpos de todos, no hay tregua ni palabras mientras escuchamos «Párteme la cara» y «Nominao». En este punto, las primera palabras de la noche “si alguien me hubiera dicho que estaría cantando frente a 14 mil personas, habría dicho que estaba mal. Pa’ mi esto es un sueño. Gracias por venir” expresó para continuar con uno de sus más grandes éxitos, «Demasiadas Mujeres» en introducción musical de impacto y una voz increíble, cerramos este primer acto.

Nos atrapa la teatralidad de la puesta en escena y la dirección audiovisual, los colores y las formas evocan un clásico de Almodóvar y los ritmos y letras convierten a C. Tangana en una especie de García Lorca de esta era. Luego de una pausa damos inicio al segundo acto, esta vez una amplia mesa al centro del escenario nos transporta a lo que fue su destacada sesión Tiny Desk en 2021. Aproximadamente 20 músicos alrededor de esta mesa como en una ceremonia popular que inicia con «Me maten». Entre palmas, meneos y gritos típicos de la canción española, destaca en la multitud la figura de La Húngara, coqueta e iluminada eleva la presentación y se luce con su «Mala, malita, mala». Continúan sentados cuando identificamos los primeros sonidos de «Ingobernable», otro de sus éxitos más populares, imposible quedarse inmóvil ante este ritmo de bulería pop que provoca aplaudir y mover los pies. “Es el último, parecía imposible pero llegó el día. Brindo por ellos que hacen posible todo esto, me van a hacer llorar… increíbles músicos, muchos, muy guapos y muy buenos, gracias por hacer los sueños realidad, ¿verdad Sonia? voy a cantar mi canción favorita” agregó, mientras nos preparamos para lo que fue el clímax de esta obra, el momento más catártico de la noche al ritmo de «Sabor a mí» en una versión sinfónica con predominancia de voces, que junto a una base electrónica son la combinación perfecta que solo C. Tangana puede lograr. Termina este clásico de la balada en español con la escena de dos de sus músicos besándose en uno de los momentos más cinematográficos de la noche. Gritamos, secamos nuestras lágrimas y seguimos con este sufrimiento bonito al ritmo de «Los tontos» en una versión electrónica que se mezcla con un clásico del synth pop «Bizarre love triangle» de New Order para finalizar este desgarrador segundo acto.

Una pausa instrumental con la voz de unos de sus músicos nos prepara para el tercer acto y final, el desenlace de esta obra maravillosa que ha sido Sin cantar y afinar. Arriba de la mesa, entre vasos y botellas regadas, C. Tangana nos interpreta «Tranquilisimo». Si el segundo acto se caracterizó por rompernos el corazón, este último procura juntar las partes y sanar. Destacamos «Llorando en la limo, especie de himno a la soledad y el lujo y «Muriendo de envidia», para esta última ingresan bailarines de salón, mientras las coristas bailan con gracia y pareciera que cada vez hay más personas sobre el escenario. Se destaca el rol del bar tender quien durante la noche se ha preocupado de llenar los vasos y animar la fiesta, porque si algo no ha faltado es el alcohol, el amor y los amigos. «Hong Kong» canción en colaboración con Andrés Calamaro para quedar arriba y esbozar una sonrisa en nuestro rostro, la que desaparece rápidamente al escuchar «Antes de morirme» y «Tu me dejaste de querer», esta pieza, una de las más desgarradoras, cala profundo en nuestras sensibilidades mientras C. Tangana y La Húngara hacen el dueto más esperado de la noche en medio de la pasarela, conectados y muy emocionados, terminan con imágenes del fallecido Pepe Blanco.

Nos acercamos al final de esta jornada perfecta, no hubo errores ni esperas, solo talento, emociones y magia. “Cuando cojo el taxi pido esta canción” dice y comienza a sonar «Suavemente», el clásico merengue noventero de Elvis Crespo que vuelve en la voz y performance de El Madrileño quien, al llegar al coro, besa a su polola chilena, la fotógrafa Rocio Aguirre, quien era parte de esta multitud sobre el escenario. Ahora si nos acercamos al final, entre flamenco, bulerías y mucha guitarra suena «Un veneno» que luego se convierte sutilmente en «Hasta que te conocí» de Juan Gabriel, todas estas mezclas populares con toques urbanos y electrónicos son la clave del éxito de C. Tangana dirigido a almas dolientes, amantes de la canción en nuestro idioma.

«Al di la» para cerrar, mientras aparecen todos los créditos de este espectáculo y nos dejan con la sensación de haber visto la mejor película del año, digna de un Goya. Se apagan las luces y dejamos el Movistar Arena a eso de la medianoche, con la sensación de libertad indescriptible que nos provoca la música, el desamor y el llanto.
Setlist:
01. Still Rapping
02. Te olvidaste
03. Comerte entera
04. Yelo
05. Párteme la cara
06. Ateo
07. Yo quiero ser mataor
08. Nominao
09. Demasiadas mujeres
10. Me maten
11. No estamos locos / Mala, malita, mala
12. Ingobernable
13. Sabor a mi
14. Los tontos / Bizarre Love Triangle
15. Tranquilisimo
16. Lujon
17. Llorando en la limo
18. Muriendo de envidia
19. Nunca estoy
20. Hong Kong
21. Antes de morirme
22. Tú me dejaste de querer
23. Suavemente
24. Skit flamenco
25. Un veneno / Hasta que te conocí
26. Al di la





















C tangana lo mejor <3