Texto por Franco Zurita

El próximo 31 de octubre, el Teatro Coliseo se convertirá en un refugio para todos aquellos que alguna vez encontraron consuelo en los gritos, los acordes y las melodías que definieron a toda una generación. Una noche en la que el post-hardcore y el emo volverán a ocupar su lugar legítimo en el escenario encabezada por tres grandes bandas del género, que aunque distintas, comparten una misma raíz. Hablamos de Black Veil Brides, Senses Fail e I Set My Friends On Fire.

Y es que, a pesar de la cancelación de último minuto de Silverstein, seguido de Underoath, dos grandes titanes de la escena, el espíritu del festival jamás se desvaneció y se mantuvo en pie hasta las últimas consecuencias. En lugar de rendirse ante la pérdida, esta velada se levanta como un testimonio de resistencia, ofreciéndonos una oportunidad única para presenciar a tres bandas que representan distintas eras, sonidos y emociones dentro de una misma escena.

Black Veil Brides, desde Los Ángeles, California son los herederos del dramatismo gótico y la teatralidad del hard rock clásico, refacturado para una nueva generación. Su estética, tan provocadora como hipnótica, se combina con himnos cargados de épica y redención. Andy Biersack y compañía han construido un universo propio, uno donde la rebeldía y la oscuridad no son un refugio, sino una bandera.

Senses Fail, por su parte, llegan como una de las bandas más queridas y consistentes del post-hardcore norteamericano. Con más de veinte años de carrera, han sabido crecer sin perder el filo emocional que los definió desde su debut el año 2004 con “Let It Enfold You”. Su mezcla de introspección, energía y crudeza promete una presentación intensa, capaz de golpearte en el pecho y resonar en nuestras mentes. 

Y para terminar con este catálogo, I Set My Friends On Fire, los niños prodigio del caos digital, el humor negro y la experimentación. Con su mezcla irreverente de screamo, electrónica y situaciones absurdas, lograron ser detectados como una anomalía encantadora dentro de la escena. Su propuesta es un torbellino impredecible, tan delirante como fascinante, en donde todo y nada parece tener sentido.

Más allá de los cambios, este evento sigue siendo una celebración del legado alternativo. Un encuentro entre distintas generaciones de fanáticos que crecieron con discos y artistas que marcaron a toda una juventud y siguen impactando en las vidas de cada uno de nosotros. Será un espacio para recordar que la música como las emociones que la inspiran, nunca desaparecen, sino que se transforman.

Así, la noche de Halloween encontrará en el Coliseo su ritual emo. Porque las bandas cambian, los nombres se mueven, pero la esencia permanece. Y este 31 de octubre, en el corazón de la capital, toda una escena demostrará que estamos más vivos que nunca.

Aún quedan entradas a través de Puntoticket. 

Produce: Transistor


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