Texto por: Ricardo Arriagada Gómez

Fotografías: Hugo Hinojosa

El amor hacia King Crimson es enorme, y la noche del 06 de mayo en Movistar Arena se hizo notar con un proyecto que da tributo a una de sus etapas más queridas: la de los 80’s con tres discos fundamentales. Un reencuentro especial con Adrian Belew y Tony Levin dentro de su formación original, acompañados del guitarrista virtuoso Steve Vai que vuelve después de dos años, y a Danny Carey en batería que, casi dos meses atrás vino por primera vez a nuestro país tocando con Tool.

Si ya mencionamos a estos titanes, no puede quedar atrás la invitación de Jorge Campos como acto previo. El bajista, conocido por su paso en Fulano, Congreso y Santiago del Nuevo Extremo, se presentó en solitario junto a pedales y un par de sus instrumentos diseñados por él con esa potencia sabrosa del bajo, tocando una selección muy justa de su carrera en su propia cuenta, desde composiciones pasadas como «Horrisono» hasta alguna de las más recientes que fue «Isabel Melancolía», así también entraron unos guiños a Fulano y a la música que escucharíamos después, que se tomó con humor diciendo «me dijeron que no debería hacer esto». Media hora maravillosa de un maestro que entiende sus patrones y no ha tenido miedo de expresarlas y dar enseñanzas.

Ya cercano a las 21:00 y con la mayoría de las personas buscando sus asientos, los nervios comienzan a sentirse de manera colectiva para este viaje intergaláctico que solo es construido por estos cuatro protagonistas que, suenan como si fuese una banda de 20 personas. En su primera parte, se priorizó canciones del disco de 1982 cuyo título da nombre a este proyecto tributo: “Neurotica”, la tremenda “Neal and Jack and Me” junto con la encantadora “Heartbeat” y “Sartori in Tangier”, fueron interpretadas con un sonido pulcro y de propia identidad gracias a la química que logran.

Con Adrian Belew de frente, muy activo y contento, sigue su línea creativa de cantar y hacer ruidos geniales con la guitarra para un catálogo que demuestra su calidad, de la mano con sus compañeros que se lucieron después con una seguidilla de canciones enfocadas en la tercera etapa de la era ochentera que fue “Three of a Perfect Pair” (1984), al son de “Model Man”, la extrañísima “Dig Me”, “Man With an Open Heart”, y los paisajes instrumentales de “Industry” y ”Larks’ Tongues in Aspic (Part III)” que formaron un ambiente hipnótico difícil de conseguir en la gran cúpula capitalina. Una primera selección interesante del set sería la antesala a la locura en un rato más, ya que un interludio de 20 minutos servía para un merecido descanso, además de que los asistentes ocuparan ese momento para compartir opiniones o prepararme de mejor forma a la segunda parte.

Las luces bajan, dejando en escena a Danny Carey para dar inicio con las percusiones eléctricas de “Waiting Man”, mientras el resto vuelve a sus posiciones. Con “The Sheltering Sky”, fue uno de los momentos donde apreciamos la esencia sobresaliente de Steve Vai, con un solo de otro planeta donde nos cuestionamos cosas como «¿Cómo logra todo eso?». Desde aquí, la detonación fue en aumento con «Sleepless” que es una de las canciones con mayor presencia de Tony Levin, quien pasó no solamente con las cuatro cuerdas, sino también con su Chapman stick, sintetizadores y hasta sacar fotos con su cámara cuando le daba la gana. La polirritmia de “Frame by Frame” que nos dejó atónitos, la hermosa “Matte Kudasai”, y la efervescencia que se decretó con “Elephant Talk” y “Three of a Perfect Pair” hizo que, en medio de cada pieza recibieran aplausos de pie, respondiendo con abrazos y rostros de gratitud.

Dentro de la parte final, las notas de «Indiscipline” marcadas con la Chapman stick de Levin, dieron la entrada al solo de batería por parte de Carey hasta explotar con el resto que fue celebrado como si acabamos de ver un golazo de chilena fuera del área. Era increíble saber que solo cuatro miembros lograban sonar brutal y tocando como si fueran pulpos, pero cada uno con sus dos brazos nos entregaban su magia. Para el bis, Belew nuevamente agradece la presencia del público y el amor en todos estos años con la música que pudo hacer con King Crimson, dando una mención especial a Robert Fripp -la verdadera alma del proyecto y quien dio su bendición para el nacimiento de esta mega agrupación- y a Bill Bruford que son los otros partícipes de la etapa ochentera. Como sorpresa y excusándose del catálogo creado hace ya cuatro décadas, sonó el clásico “Red”, creación original de 1974 que no se discute de su legado ni menos en que haya aparecido en el setlist: todos fuimos felices. Para la gran conclusión, “Thela Hun Ginjeet” dio el broche de diamante.

BEAT será una forma especial para dar tributo a una etapa importante de la banda inglesa de la mano de estos cuatro estadounidenses que, han estado ahí o han sido influenciados directamente para ser ahora unas eminencias inquebrantables. Espectacular show, imborrables para los amantes del rock progresivo o de la música en general, y es una satisfacción tener esta presencia monumental en un Movistar Arena que casi alcanzó el sold out.

Setlist:

01. Neurotica
02. Neal and Jack and Me
03. Heartbeat
04. Sartori in Tangier
05. Model Man
06. Dig Me
07. Man With an Open Heart
08. Industry
09. Larks’ Tongues in Aspic (Part III)
-Interludio-
10. Waiting Man
11. The Sheltering Sky
12. Sleepless
13. Frame by Frame
14. Matte Kudasai
15. Elephant Talk16. Three of a Perfect Pair
17. Indiscipline
-Encore-
18. Red
19. Thela Hun Ginjeet

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