Por: Lucas Araya

El clásico recinto de San Diego fue el epicentro de un ritual ardiente y radiante de poesía erótica y sicodelia romántica. Diablos y santanas cantando, bailando y saltando en una fiesta de dos horas irresponsables.

A las 9 en punto el teatro está repleto, con localidades agotadas y la expectativa alta. Babasónicos vuelve a desplegar su show en vivo presentando su más reciente álbum «Trinchera«, un disco delicado e hipnótico, es un reencuentro de la banda y su gente después de una larga pausa obligada y una distancia fría y dura.

Se apagan las luces y se enciende la euforia, Bye Bye inicia el rito , una forma de saludo que invierte el orden en un caos hermoso. Los calientes sigue la senda y marca el tono que tendrá la noche: una invitación a sumergirse en la tentación entre luces multicolor y una temperatura corporal transformada en fuego.

Putita hace explotar el ambiente en aullidos que se fusionan con las armonías y el trabajo vocal e instrumental de la banda. Son siete gauchos espaciales de la fantasía sónica cabalgando las pampas oscuras del sonido frente a cinco mil animales en éxtasis.

Flora y fauno, Ingrediente y Mimos son mimos animan una fiesta que flota en complicidad, guitarras reverberantes, sintetizadores que envuelven el aire y el histrionismo desbordante de Adrián Dárgelos con polvo brillante que convierte todo el escenario en una pista de baile, todo en una mezcla explosiva que no se evapora. Ni siquiera una pausa obligada para reparar ciertos problemas técnicos bajan los ánimos.

Cuando Babasónicos vuelve a montarse en sus corceles elécticos, la fiesta luminosa no se detiene: Pendejo, Cretino, Así se habla, Desfachatados, Irresponsables, Sin mi diablo, bombas que hacen explotar la temperatura y transforman todo en vapor irresistible.

El setlist de hoy  es un regalo llegado desde lo más profundo del lado oscuro de la maldad, fundiendo hits radiales con joyas de la extensa discografía de estos barrabases del rock. Una forma de “hacerse cargo de lo malo que está el mundo”, una entrega de amor incondicional en una sesión llena de alegría dura. La banda compenetrada en un despliegue musical, instrumental y vocal que confirman su sitial entre lo mejor de la música latinoamericana, llevándola con furia en el cono sur.

La última parte del show es una ruta hacia el placer y la entrega:  Risa, Anubis, Como eran, Carismático y Yegua. Si hay noches para ser fácil, esta es una de esas, una noche en la jungla de Babasónicos. La izquierda de la noche cierra con juego de imágenes paganas de siete cowboys pampeanos desplegando melodías delicadas que enamoran y obsesionan. Entrega total. 

Los aplausos húmedos y extasiados siguen altos para cuando el bis cae como un rayo ardiente con Humo, El colmo para cerrar con Bye Bye y así reiniciar el loop poético de romanticismo sicodélico. 

Un show alto en canciones penetrantes, juegos lumínicos y coloridos, danzas tentadoras  y versos extravagantes en gargantas expandiendo una profundidad sin límites.

Satanás y diablos infames e irresponsables enamorad@s de la noche, bailando en la trinchera que nos protege de un mundo que se cae a pedazos allá afuera, en un gélido Santiago violento. 


Zumbido.cl

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