Texto por Tomás Bascoli

Fotografías por Hugo Hinojosa

El ser humano históricamente ha estado propenso a unirse frente a experiencias que se movilizan por sentimientos y emociones profundas y fuertes. El amor y la tristeza, por ejemplo, son aquellas esencias que han llamado a las sociedades a agruparse y reunirse para cantar canciones alrededor del fuego. Tal acto prehistórico tuvo una reversión que estuvo a cargo de Macha & El Bloque Depresivo que demostró su capacidad convocante para llenar de almas el Estadio Nacional y cantar sobre el amor y la tristeza, la nostalgia y la buena vida, los recuerdos y la memoria, y un sin fin de sentimientos más que afloraron en torno al fuego que significó la presentación de este multitudinario grupo en el recinto más grande del país.

La fiesta comenzó a eso de las 16:00 hrs cuando las puertas del coloso de Ñuñoa se abrieron para recibir a una fanaticada que venía de todos los rincones del país. Y es que, el fenómeno bloquedepresivesco es tan transversal e intergeneracional que el llamado fue recibido por un variopinto número de personas que rápidamente, y desde muy temprano, comenzó a repletar el recinto capitalino.

Tras la tarde gris que caracterizó este día sábado y aún con el sol en el horizonte asomándose, la Sonora Chingona fue la encargada de abrir la noche. Una mancomunión de músicos chilenos y mexicanos que fueron pintando el tono de la jornada entre boleros, cumbias y guarachas mientras en cancha el público, niños, jóvenes y adultos, bailaban al son de la multiplicidad de instrumentos.

Algunos minutos pasadas las 21:00 hrs, y aún con gente ingresando al recinto, y antecedido por un relato poético audiovisual en las pantallas con un relato sobre seguir adelante y superar obstáculos, y tras sonidos marítimos de gaviotas, buques y olas, Macha & El Bloque Depresivo saltó a escena acompañados por Vicente Cifuentes, el primer invitado de la noche, para comenzar con “Qué es lo que pasa” y hacer explotar el Estadio Nacional en emociones diversas.

La fiesta comenzaba comandada por un Macha Asenjo con gorro de capitán naval y continuaba con “Procuro olvidarte” como el primer gran karaoke masivo de la noche. Luego, y acompañados por mariachis, le seguiría “Échame a mi la culpa” y “Trátame Suavemente” de Soda Stereo, para luego rematar con El gran tirano que contó con una introducción a puro teclado acompañado de las luces telefónicas de todo el estadio.

El guiño a Chico Trujillo vino con la interpretación de “Loca” y un increíble solo de guitarra de Raúl Céspedes demostrando la virtuosidad que caracteriza a cada uno de los integrantes del Bloque Depresivo

“Amiga” fue uno de los mejores momentos de la noche, antecedido por la trágica historia que produce la composición de la canción de Luis Gómez Escolar, fue cantada casi en su totalidad por un emocionado público. Y rematada por “Me vas a extrañar” cantada sentimentalmente y desgarrando almas en el coloso de Ñuñoa.

“¿Hay gente de la quinta región? Esta es para ustedes” comentaba el vocalista antes de lanzar “Y si no fuera” mientras caminaba por la pasarela que lo acercaba a las filas más adelantadas del público.

La fiesta y camaradería seguiría con un invitado de lujo: Álvaro Henríquez. El vocalista de Los Tres, recurrente compañero de conciertos del Bloque Depresivo, se presentó en el escenario para despacharse una norteña interpretación de “Solo tú” y, luego, “El triste”, pero ahora acompañado por las cuerdas del Cuarteto Austral. Y para cerrar la triada emocional, “Lo que un día fue no será” cantada, en el coro, solamente por el público y violines imprimió un dramatismo a esta sección apuntada como una de las mejores de la noche.

A esta altura del partido, basta mencionar la calidez sonora que imprimió la multitudinaria banda en todos los elementos e instrumentos musicales. No hay audiovisuales ni muchos juegos de luces, porque el fuego del cual estamos sentados alrededor cantando es la orgánica y pulcra música de cada uno de los integrantes e invitados que se encuentran arriba del escenario. Ampliando rangos de géneros y tocando referencias territoriales y sonoras, produciendo una superposición de música con identidad multinacional.

La versión de Bad Bunny de “Turista” siguió con el espectáculo destacándose un solo de trompeta que transforma la canción en una frecuencia que la vuelve desgarradoramente esperanzadora que dio paso a nuevos invitados: Santaferia y la argentina Julieta Laso, quienes acompañaron al grupo para presentar “Cada domingo” y “Que me quemen tus ojos” -que fue finalizada por cánticos contra el presidente electo por la totalidad del estadio.

Con la imagen del memorial de los detenidos desaparecidos en las pantallas y el público vitoreando “el pueblo unido jamás será vencido”, el grupo lanzó la vibrante “Pequeña serenata diurna” de Silvio Rodríguez e “Insensatez”.

Llegaría el turno de un nuevo invitado de lujo: el cantante Manu Chao, próximo a presentarse en nuestro país, acompaño a Macha Asenjo en “La despedida” con arreglos afrolatinos en trompeta, ampliando aún más la paleta de colores sonoros que caracterizó a toda la noche.

El retorno del Cuarteto Austral lo marcó la interpretación de “La nave del olvido” y “Déjame decirte algo”, que continuaría con una tripleta de canciones marcando el camino hacia un sólido final, como lo fueron “Vergüenza ajena”, “Resaka sudaka” y la masivamente cantada “Continentales”, confirmándola como uno de los grandes himnos de la música chilena contemporánea.

Volvía Vicente Cifuentes para acompañar a “Óleo de mujer con sombrero” en modo bachata y el cierre con “Libre”, “Aerstame” y “Las simples cosas” que finalizó ante una ovación de pie, gritos, lágrimas y saltos para un espectáculo que se sintió como un esperanzador abrazo al alma.

Muchas páginas de la historia de la música chilena se han escrito teniendo al Estadio Nacional como telón de fondo. Esta noche, Macha & El Bloque Depresivo anotó una hoja más al completar su primera vez en un recinto colmado que coreó cada frase junto al vocalista del grupo y que ensordeció a la misma banda a punta de aplausos y ovaciones. Es que el contagio emocional del grupo chileno traspasó generaciones, territorios e ideales, lo que es suficiente para anotarse como otra banda convocante de la música local. Fue una noche desgarradora y bella, quizás una de las más tristes del año, pero fue de todas y todos, en conjunto, cantando alrededor del fuego. Porque, tal como lo comentó su vocalista, “es solidaridad cantar juntos”.

Setlist:

  1. Qué es lo que pasa
  2. Procuro olvidarte
  3. Échame a mi la culpa
  4. Trátame suavemente
  5. El gran tirano
  6. Loca
  7. Amiga
  8. Me vas a extrañar
  9. Y si no fuera
  10. Solo tú
  11. El triste
  12. Lo que un día fue no será
  13. Turista
  14. Cada domingo
  15. Que me quemen tus ojos
  16. Pequeña serenata diurna
  17. Insensatez
  18. La despedida
  19. La nave del olvido
  20. Déjame decirte algo
  21. Vergüenza ajena
  22. Resaka sudaka
  23. Continentales
  24. Óleo de mujer con sombrero
  25. Libre
  26. Aerstame
  27. Las simples cosas

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