
Texto por Franco Zurita
Fotografías por Daniel Sáez
Durante estos últimos seis meses, la locura por Incubus ha sido total. Agotaron de forma maratónica sus dos primeras fechas para luego anunciar sorpresivamente su participación en el Festival de Viña. Esta particular sorpresa catapultó aún más el fanatismo y esas ganas de no perderse este increíble encuentro pactado para el 4 y 5 de abril, por lo que al poco tiempo, se anunció la tercera fecha, que casualmente fue la primera y de la cual fuimos testigos el día de ayer ante un Movistar Arena repleto de fanáticos sumergidos en la fascinante odisea de su aclamado “Morning View” y por supuesto, los himnos fundamentales de la carrera de los californianos.
Con Los Tetas abriendo esta primera jornada, en este regreso fulminante a las pistas, los nacionales fueron la medicina para apalear la espera en la previa del show principal y por supuesto, los clásicos no faltaron ni mucho menos el funk.
Ya con todo el mundo dentro del recinto (y haciendo esperar un poco más de la cuenta), Incubus pisó el escenario para celebrar junto a sus fanáticos, los 25 años de uno de sus discos más exitosos en su carrera. Con la euforia desatada, Brandon Boyd y compañía provocaron el entusiasmo de los presentes y tal y como nos sorprendieron en aquellos años, los primeros acordes y los sonidos ambientales de “Nice To Know You” daban inicio a este brillante recorrido por el resplandeciente amanecer de las costas de California y toda la significancia de su “Morning View”.

Rendidos ante el himno esencial de la banda y con el público unido en una sola voz, la banda desplegó toda su potencia con temazos que fueron componiendo de manera íntegra este gran trabajo de Incubus. “Circles” seguiría desencadenando la locura en el recinto hasta llegar a otra joyita del álbum, la gran “Wish You Were Here”. Resplandeciente por sí misma, la banda continuaba de esta manera de darle forma a este repaso fundamental ante fanáticos entregados y sumidos en la magia de los californianos.
Tras esa explosiva entrada y con un ambiente inundado de tonos azules y luces de neón, la calma llegaría con “Just A Phase”, hasta elevarnos con su estruendoso final. “11 AM” llegaría después como el primer sol de la mañana para seguir iluminando esta sección acústica que además estuvo compuesta por “Mexico” y la particular versión desenchufada de “Blood On The Ground”, que en lo personal, esperé escucharla en su versión original. Sin embargo, este íntimo momento fue un abrazo al corazón de muchos fanáticos enternecidos por el lado más dulce de Incubus.

Ya en la mitad del show, “Warning”, otro clásico de la noche volvería a reunir a la banda tras ese desenchufado momento para seguir la tónica de un apasionante y único coro a lo largo y ancho de todo el recinto. La belleza de “Echo” conmovió la sensibilidad de muchos que luego fue sacudida con “Have You Ever” iluminando nuevamente el ambiente para comenzar a quemar los últimos cartuchos del “Morning View”. Pero el éxito de este disco, no hubiese sido nada sin “Are You In” quien sin mucho preámbulo, se catalogó como uno de los grandes momentos de la noche. Tras este cantico, con sutileza y maestría, Jose Pasillas, acentuaba las percusiones para dar pie a “In The Air” de Phill Collins, un habitual dentro del repertorio de la banda.
Este homenaje fue precedido de una ecléctica improvisación final para a modo de vaticinio, Interpretar con guitarra y voz “Umbrella” de Rihanna, todo esto para liberar la electrizante descarga de “Under My Umbrella”. La locura fue inmediata y la entrega también lo fue. Una energía impresionante se apoderó de los últimos vestigios del “Morning View” con la maestría que solo Incubus logra poseer.

Terminando este repaso, “Aquareous Transmision”, tras un problema técnico, dejaría de lado la “pipa”, el instrumento chino utilizado en dicha canción para ser reemplazado por el estridente sabor de la guitarra eléctrica. Manteniendo la atmósfera apacible pero con un sabor especial, la última pieza logró salir adelante gracias a la solidez y virtuosismo de Mike, cerrando así, este ciclo de celebración por los 25 años del disco.
Una vez terminado, era el momento para las joyas más reconocidas de la banda y sin mucho preámbulo, los primeros acordes de “Anna Molly” encendieron el fuego de la noche sacudiendo a las masas y dando inicio la última parte de este esperado encuentro. El “S.C.I.E.N.C.E” se haría presente con la vitalidad de “Vitamin” compartiendo a su vez una pequeña interpretación y porqué no, también homenaje a Portishead con “Glory Box”. El turno del “Make Yourself” llegaría con las atmósferas espaciales y la profundidad de “The Warmth” quien fue una de las escogidas para rendir honores a este gran trabajo discográfico y por supuesto para el final, la más indiscutida de todas, la sensacional “Drive” terminaría de conmover y hacernos cantar desde el alma la canción más reconocida de toda su carrera.

Y así concluyó la primera de tres noches de Incubus en Chile. Un reencuentro que no envidió nada a su presentación en Viña Del Mar, es más, le hizo justicia. Ejecuciones impecables, un sonido fascinante y un Brandon Boyd más brillante que nunca, callando todas las críticas o comentarios que pudieron existir de su presentación del 27 de febrero pasado. Uno de los puntos a destacar y con justa razón es el impecable manejo y desplante de Nicole Row quien desde su entrada a la banda, asumió un rol fundamental en el desarrollo de los shows en vivo entregando su pasión por las cuatro cuerdas y también su dulce y brillante voz.
Un concierto para vivir en carne propio toda la magia, la mística y los hermosos recuerdos que Incubus y el “Morning View” han logrado plasmar en nuestra memoria.
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