
Texto por: Franco Zurita
Fotografías: Hugo Hinojosa
El Rock Gótico y los sonidos más oscuros del Pop transformaron el subterráneo de Blondie en una catacumba de euforia y cuerpos danzantes con el regreso de The Mission UK. Celebrando más de 30 años trayectoria, una de las agrupaciones ícono de la escena llegó acompañado de Christian Death quien también retornaba a tierras nacionales para hipnotizar a los presentes y sumergir el recinto en las contorsiones sonoras del Post-Punk y adentrarnos a una abismante odisea de clásicos.

Con una espesa niebla como protagonista, fueron cientos los fanáticos que repletaron el recinto evadiendo el frío imperante ante el fuego y la oscuridad esparcida en la antesala de Christian Death. De la mano del guitarrista y vocalista Valor Kand, y tributando de manera impecable el legado y memoria de Rozz Williams, el trío norteamericano entre rosas y un breve mensaje introductorio invitándonos a recordar la memoria de nuestros muertos, dio comienzo a su sombrío y fúnebre ritual.
Asumiendo la posta vocal, Maitri Nicolai, bajista histórica a esta altura de Christian Death, interpretaba «Elegant Sleeping» meciendo las primeras cabezas y cuerpos que entre la oscuridad proyectada en el ambiente, se movían al vaivén de los primeros compases impulsados por la banda. Ya retornando a sus posiciones instrumentales habituales (aunque la dinámica de cambios se vivió todo su show), el trío dio un repaso por toda su trayectoria. Desde clásicos que influyeron y dieron forma al denominado Death Rock, hasta sonidos más alternativos imperantes en la segunda etapa y reformación de la banda. «Blood Moon» «Romeo Distress» y «Church Of No Return» fueron algunas de las piezas que hipnotizaron el sombrío ambiente para dar término con «This Is Heresy», himno que retrata la esencia de Christian Death y que corona este regreso de manera soberbia.

Con la caldera ya encendida, era el turno de los dueños de la noche. De manera puntual y sin preámbulos ni tregua, The Mission iniciaba este viaje a través de los sonidos góticos y alternativos con clásicos fundamentales de la escena Pop y Rock de los 80’ y 90′ s. Wayne Hussey y compañía, ante la euforia de su fanaticada local dieron comienzo a su noche con «Wasteland»”, uno de sus mayores clásicos. El frenesí desatado por aquella introducción se reflejó durante toda la noche a través de un excelso repaso por toda su trayectoria. «Beyond The Pale», «Within The Deepest Darkness» e incluso algo de lo que sería lo nuevo de The Mission, fueron algunas de las joyitas de la banda que ya con más de una hora cerraba entre bailes y coros masivos con «Deliverance». Uno de los puntos altos de la noche en donde la fanaticada se unió de manera ferviente a un interminable coro que dio paso a una breve pausa para seguir con la fiesta.

«Love Me To Death» fue la encargada de iniciar esta segunda tanda que siguió el repaso clásico de sonidos lúgubres de The Mission. Y hablando de clásicos, una de sus más preciadas y reconocidas joyas musicales, la ambiciosa «Severina» desataría la locura total en el subsuelo capitalino. Las imponentes luces, la niebla, los cuerpos danzantes y la algarabía máxima se apoderaba del recinto que cantó a todo pulmón y al unísono este clásico del Pop y el Rock universal. Ya en su última intervención, The Mission nos regalaría la última tríada compuesta por «Wake», «Never Let Me Down» y cerraría con «Tower Of Strength», clásico de su exitoso «Children» del año 1988.

Entre aplausos, gritos y excitación, los británicos se despidieron de sus fanáticos con una demostración de clase. Sonando arriba y aún vigente, The Mission continúa llevando el bastión del Rock Gótico, esta vez, influenciado por la movida más alternativa pero impactando de igual forma o en mayor medida a distintas generaciones que disfrutaron de una noche de oscuridad y de clásicos trascendentales.
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