
Texto por: Catalina Vega Cuevas
En las últimas décadas hemos observado cómo géneros cinematográficos se han visto en la obligación de complejizarse, mezclándose con otros géneros, para así superar los prejuicios y la caricaturización de su género de origen. El cine de terror es uno de los que más ha sufrido este fenómeno, principalmente por la incredulidad con la que la crítica observa sus elementos clásicos.
«El demonio entre nosotros» es un ejemplo de esta mezcla de visiones. Si bien la película se debe considerar de terror paranormal, implementa ritmos narrativos del Suspenso y elementos del género policial. Pero sobre todo intenta ser un Thriller Sicológico. Todo esto en una ambición pretenciosa de tratar que la historia sea más compleja.
La película nos presenta a la protagonista, Margot (Michaela Longden), como una mujer con problemas psicológicos, provocados por un trauma de infancia. Debido a un aumento en sus pesadillas, decide volver a su hogar de infancia y así poder recordar los momentos bloqueados por el trauma. De esta forma vemos como Margot intenta descubrir al asesino de su hermana Evie, muerta hace 20 años atrás. El fantasma de su hermana se le aparece (siempre con las técnicas cliché del Terror paranormal) y le va dando información poco a poco.

Al ser una especie de Thriller Sicológico, la protagonista divaga entre recuerdos y revelaciones. Descubriendo a su paso, la naturaleza de las relaciones sociales que tenía en el pasado y las que tiene en la actualidad. Aportando a la narración la sensación de inestabilidad emocional en la que ella se encuentra. De hecho, lo más interesante de la película es el contraste entre el plano sobrenatural vivido en la casa, con los sucesos ocurridos fuera de ella. Esto genera en el espectador una sensación de “realidad” en la que hace más creíble lo sobrenatural. Esto está apoyado incluso en el lenguaje visual. Mientras la estética misteriosa se ve a través de colores vivos, la actualidad es oscura y sofocante.
Sin dudas lo más valioso de la película es ese contraste y el intento de complejizar las emociones de los personajes, pero esta visión del director Lawrence Fowler no es suficiente para contrarrestar un guion poco cuidado y actuaciones poco convincentes. La película es distribuida por New Century Films y se estrena esta semana en cines nacionales.




















